La bala de plata que conserva la CEOE
La reforma laboral deja intacta la capacidad de la empresa de modificar salarios y jornadas en ciertos casos y la cláusula de descuelgue de los convenios
Rosa María Sánchez
Redactora jefe
Premio Carlos Humanes de Periodismo Económico 2020. Máster Universitario en Investigación en Periodismo por la Universidad Complutense, en 2023. Profesora en el Título de Postgrado Especialista en Información Económica de la Universidad Nebrija. Colaboradora en RNE.
La vicepresidenta Yolanda Díaz y los representantes sindicales han celebrado la definitiva aprobación en el Congreso de los Diputados de una reforma laboral que, desde su punto de vista, acaba con algunos de los aspectos más lesivos de la que en en 2012 impulsó el Gobierno de Mariano Rajoy para promover una devaluación salarial con la que orientar la salida de aquella crisis financiera y allanar el camino del dinero europeo que, finalmente, se proyectó para rescatar el secto financiero.
La patronal CEOE, por su parte, ha celebrado la aprobación del real decreto porque "consolida lo esencial de la reforma laboral de 2012" y porque "trabaja por reducir la temporalidad en nuestro país como pide la Unión Europea", ahora, para transferir el dinero europeo del Plan de Recuperación. De nuevo, el dinero europeo.
La afirmación del presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, de que la reforma laboral consolida lo esencial de la de 2012 sin duda sirve para justificar su firma en un acuerdo imposible de digerir por una parte del colectivo empresarial. Pero esa afirmación entraña algo más. Y no es solo que no se ha tocado nada referente a las causas y el coste del despido. Aunque Garamendi no haga gala de ello -seguramente para no levantar recelos en la orilla sindical- esta reforma laboral deja intacta la bala de plata siempre en poder del empresario para poder imponer cambiosen las condiciones laborales, por encima incluso de lo establecido en el convenio colectivo. Esta reforma deja intacto el artículo 41 del Estatuto de los Trabajadores, que permite a la empresa la modificación sustancial de las condiciones de trabajo cuando existan probadas razones económicas, técnicas, organizativas o de producción (causas ETOP). Lo mismo sucede con la cláusula de descuelgue, del artículo 82, que permite dejar de aplicar condiciones del convenio relativas a salarios, jornada, horarios y funciones por causas ETOP.
Conservar el poder de esta bala de plata es lo que, con razón o sin ella, le permite a Garamendi decir a los suyos que lo esencial de la reforma laboral de 2012 sigue intacto.
Suscríbete para seguir leyendo
- Barcelona, “decepcionada” y “preocupada” por que la Generalitat anuncie una desalinizadora flotante en el puerto sin avisarle
- García-Castellón y Gadea dejarán sus plazas en la Audiencia Nacional y Pedraz sopesa hacerse con el juzgado del Tsunami, por Ernesto Ekaizer
- El invierno vuelve por Sant Jordi: los meteorólogos alertan del fenómeno que nos espera la próxima semana en Catalunya
- El presidente del PP de Esplugues coló durante años facturas personales como gastos del partido para pagarlas con dinero público
- Airbnb aconseja a los propietarios que no anuncien las piscinas en sus alojamientos turísticos
- Vuelve Moisés a Pasapalabra: el concursante desvela los problemas que sufrió en el pasado y por los que tuvo que abandonar el programa
- DANA a la vista: estas serán las zonas más afectadas
- Sumergir los pies en vinagre, la nueva tendencia que arrasa: estos son sus beneficios