Pros y contras

La trágica muerte invisible de un hombre en la calle

Hemos sabido de la tragedia de René Robert porque era un personaje conocido. ¿Cuántos habrá, como él, anónimos, que no merecen siquiera un momento de pausa?

El fotógrafo René Robert

El fotógrafo René Robert

Josep Maria Fonalleras

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Hace tiempo, una amiga me comentó el detalle de una vivencia que hablaba de la precariedad de un hombre que, cerca de su casa, malvivía en un cajero automático. Ella se interesó por su vida y él le dijo que lo peor de estar en la calle (o resguardado en aquel pequeño cuarto, expuesto a todo) era la absoluta indiferencia con la que le trataba todo el mundo que entraba en el cajero. "No te ven", decía. "No te miran a los ojos". He pensado en ello a raíz del episodio de René Robert, el fotógrafo que han encontrado muerto en París, congelado, después de nueve horas al raso. Un amigo suyo ha declarado: "Este trágico final nos informa de algo absolutamente horrible sobre nuestro comportamiento y sobre nuestra solidaridad con el próximo". Este hombre permaneció tumbado en el suelo durante el tiempo suficiente para que el cuerpo perdiera la temperatura mínima compatible con la vida. Nadie se fijó. Nadie pensó que en la gélida noche una sola mirada, un gesto, le habría salvado. Hemos sabido de la tragedia (“asesinado por la indiferencia”) porque era un personaje conocido. ¿Cuántos habrá, como él, anónimos, que no merecen siquiera un momento de pausa, un instante de misericordia, un aliento salvífico?

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