Análisis

La revuelta kazaja

Rafael Vilasanjuan

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Kazajstán apenas nos importa; queda lejos, al sur de Siberia, pero vale la pena entender las señales que llegan desde ese punto en el corazón de Asia. La revuelta que empezó a fin de año comparte las raíces que llevaron a la juventud árabe a pensar que donde solo hay invierno, la primavera es posible. Las protestas por el aumento en el precio de la gasolina en un país productor de petróleo fueron la razón superficial. La realidad es que en una sociedad donde la edad media es de 30 años, una mayoría joven, que apenas tiene acceso al trabajo, aun tiene menos posibilidad de soñar con definir el camino para transitar hacia un país mas justo.

Sin recursos ni futuro, como en Túnez, en Egipto o en Siria, esos jóvenes salieron a las calles. Como en esos otros países inmediatamente fueron señalados como terroristas. El resultado: detenciones, represión, llegada de tropas rusas y amenaza de frenar la protesta disparando a matar. A rio revuelto, el presidente Kasim Jomart Tocáyev, ha aprovechado para purgar el gobierno de todos los partidarios de Nazarbáyev, el autócrata que le designó a dedo para dejar el poder en manos amigas y retirarse a vivir tranquilo. Esa transición controlada en un régimen autoritario, el modelo en el que Putin se estaba fijando con intención de aplicar cuando quiera abandonar el Kremlin, ha saltado por los aires. El presidente, hasta ahora un mero pasante, ha expulsado a todos los miembros de su gobierno que como él fueron designados por su predecesor, para poner a todos sus afines.

Tras unos días de calma en las calles, con las tropas rusas de vuelta a Moscú, Tocáyev empieza a moderarse con la promesa de afrontar cambios ¿Realidad o estrategia? Con miles de detenidos y una batalla por el poder entre clanes, el país tiene tres posibles salidas: que todo siga igual, que derive hacia una batalla violenta y una represión aun mayor, o que de verdad se avance en las reformas hacia una sociedad mas justa. Por ahora, ese anuncio hacia una nueva primavera parece lo mas difícil.

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