Apunte

Djokovic, condenado a rectificar

El tenista serbio Novak Djokovic.

El tenista serbio Novak Djokovic. / LOREN ELLIOTT

Luis Mendiola

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El ‘culebrón’ Djokovic ha llegado a su fin después de 11 largos días de batalla judiciales. La controversia no tardó en saltar del terreno deportivo al debate sanitario y político, encendido por una fuerte carga nacionalista (Serbia ha hablado de afrenta a un país libre y orgulloso), para internarse incluso en el terreno de la inmigración y de los movimientos antivacunas. La titubeante posición del Gobierno australiano desde su detención no ayudó mucho, como tampoco lo hizo la sensación de invulnerabilidad del tenista, consciente de la admiración que despierta. 

Es evidente que nada será igual para Djokovic a partir de ahora después de que tres jueces de la Corte Federal de Australia respaldaran la decisión del Ministro de Inmigración Alex Hawke de revocar su visa de entrada y ordenar su deportación. A estas horas, el número uno del ranking mundial está de vuelta en casa, necesitado de un baño de cariño y con una sensación evidente de maltrato e incomprensión que no escondió camino del aeropuerto.

El efecto inmediato para Djokovic será la imposibilidad de pelear por su décimo Open de Australia, de lejos el escenario donde se encuentra más cómodo, y decantar a su a favor el pulso que mantiene con Roger Federer y Rafael Nadal en la carrera por los Grand Slam, con los tres igualados a 20 victorias. Pero es mucho peor aún el impacto en su imagen que ha dejado después del reguero de engaños, omisiones y falta de empatía y la incertidumbre que planea ahora sobre su carrera.

Sabía de la necesidad de vacunarse para competir en Australia, como ha hecho 97 de los 100 primeros del ránking, e intentó hacer valer una exención médica concedida por el torneo (el único argumento que le avala) para saltarse la obligación. Pero era consciente de que tenía muchas opciones de que sus tesis no prosperaran en un país que durante estos dos años ha hecho bandera de su política ‘cero covid’. El Open de Australia y el tenis salen perjudicados por su baja. Pero quien más perderá será el propio deportista, al que le queda solo una salida para no complicar más su carrera.