Un vacío subsanable

El cine español necesita musicales originales

Hay público y hay talento. Lo único que falta son productoras que se atrevan a dar el paso

Musical Sweeney Todd

Musical Sweeney Todd

Marta Buchaca

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El pasado 10 de enero se entregaron los Globos de Oro en una ceremonia a puerta cerrada. En esta edición, la pandemia y las acusaciones de corrupción y falta de diversidad a la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA) convirtieron la gala en la edición más triste de estos galardones. Una noche fría y deslucida acorde con estos tiempos pandémicos que nos tienen tan hartos. Entre todos los premios me hizo especial ilusión el de mejor actor de comedia o musical para Andrew Garfield por ‘Tick Tick…Boom’. La película es una joya producida por Netflix que está basada en la obra autobiográfica de Jonathan Larson del mismo título, originalmente pensada como monólogo rock. La dirige Lin Manel Miranda, el creador de uno de los mejores musicales de los últimos años: ‘Hamilton’, que convierte un musical de pequeño formato en una película enorme. ‘Tick Tick… Boom’ no es una gran producción, es una película con buenas canciones y una interpretación espectacular del que en su día se puso en la piel de Spiderman, Andrew Garfield, que pide a gritos el Oscar a mejor actor.

En cine, los musicales originales ni abundan ni son algo habitual. La mayoría de películas musicales que han triunfado en los últimos años son adaptaciones de obras de teatro del mismo género: ‘Sweeney Todd’, dirigida por Tim Burton, ‘Los miserables’, por Tom Hooper y el reciente ‘West Side Story’ de Spielberg, que se llevó tres Globos de Oro: el de mejor película de comedia o musical, el de mejor actriz de comedia o musical para Rachel Zegler y el de mejor actriz de reparto para Ariana DeBoss.

También se suelen producir musicales que narran la vida de un cantante o que usan canciones de un grupo musical: ‘Yesterday’, ‘Rocketman’, ‘Bohemian Raspody’, etc. En las películas para público familiar, en cambio, no le tienen ningún miedo a la originalidad. Disney lleva años produciendo musicales originales con un éxito incuestionable. El domingo, su última producción, ‘Encanto’, se llevó el Globo de Oro a mejor película animada.

En el cine español los musicales escasean, y los pocos que hay son con canciones ya existentes: ‘El otro lado de la cama’ y su secuela ‘Los dos lados de la cama’ son ejemplos de ello. En los últimos años destacan ‘La llamada’, pero, una vez más, no es original, ya que es la adaptación del musical que dio a conocer a los Javis y que triunfó durante años en las tablas madrileñas. En 2020 se estrenó ‘Explota, explota’, con canciones de Rafaela Carrá. Pero, y ¿el cine musical español original? De los últimos años recuerdo ‘Cerca de tu casa’, dirigida por Eduard Cortés y con banda sonora de Sílvia Pérez Cruz, pero eso fue en 2016 y desde entonces no me consta que se haya estrenado ningún musical original.

El cine español, como el americano, también se atreve más con los musicales familiares, aunque se producen muy pocos. En 2019 se estrenó ‘La gran aventura de los Lunnis y el libro mágico’, con banda sonora original de Vanesa Grande y canciones compuestas entre otros por Guille Milkiway. Era una película pensada para los más pequeños, y viéndola pensé en lo necesario que era empezar a crear y producir musicales originales para público adulto. Allí Bruno Oro brillaba encarnando al villano Crudo. Y es que intérpretes talentosos que no tienen nada que envidiar a los artistas de Hollywood, nos sobran. Como también abundan los músicos que podrían firmar la banda sonora de una película musical española y los guionistas y directores que harían realidad musicales de factura impecable. Entonces, ¿por qué no se producen musicales españoles originales? Contrariamente a lo que piensan muchos, un musical no tiene por qué ser grande ni carísimo. Así que el dinero ni debe ni puede ser una excusa. Desconozco el presupuesto de ‘Tick Tick… Boom’, pero un musical de tamaño parecido se podría producir en España sin problemas. Nuestro cine necesita más musicales originales, y ahora que goza de una salud envidiable es el momento de ponerse a ello. Si el público español llenó las salas para ver ‘La La Land’, también podría hacerlo para ver musicales creados aquí. Así que la excusa de que al público no le interesan los musicales tampoco es válida. Hay público y hay talento. Lo único que falta son productoras que se atrevan a dar el paso.

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