Apunte

Expectativas frustradas

La gestión española de los fondos europeos es apreciada en múltiples foros pero está muy lejos de lo que el propio Gobierno prometió

La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño.

La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño. / Eduardo Parra

Rosa María Sánchez

Rosa María Sánchez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Es difícil encontrar expertos que, fuera del fragor político o de intereses de parte, vean torpeza en la gestión española de los fondos europeos del mecanismo 'Next Generation EU'. España fue el primer país en ver aprobado su Plan de Recuperación y en recibir la primera entrega de fondos y, en este sentido, existe un reconocimiento hacia el trabajo realizado por la vicepresidenta Nadia Calviño.

Sin embargo los datos del reciente informe de la patronal CEOE sobre balance del primer año del 'Next Generation' son elocuentes: solo se han lanzado convocatorias de subvenciones o licitaciones de inversiones públicas con cargo a los fondos europeos por un importe (9.300 millones) equivalente al 38% de lo que se había presupuestado para 2021 (algo más de 24.000 millones). 

Hacer compatible una cosa y la otra podrían conduce a que en lo que ha podido fracasar el Gobierno en 2021 no es tanto en la gestión de los fondos (a tenor de lo que opina gran parte de expertos consultados) sino en el cumplimiento de las expectativas generadas. La vicepresidenta Calviño predicó que la absorción de las fondos europeos presupuestados para el año iba a ser plena y que ello iba a permitir añadir dos puntos de crecimiento a la economía española. En abril, la ministra rebajó las expectativas y corrigió a la baja las previsiones de crecimiento (del 9,8% al 6,5%). Ahora el Banco de España estima que la baja ejecución de las inversiones vinculadas a los fondos europeos apenas aportará tres décimas al crecimiento de 2021 (que rebaja al 4,5%) y desplaza a este año y los dos siguientes el impacto mayor de las inversiones. 

Superada esta frustración por las expectativas incumplidas, lo importante ahora es que la ejecución de los fondos europeos alcance esa “velocidad de crucero” a la que se suele referir la vicepresidenta Calviño y que las ayudas y las licitaciones lleguen cuanto antes a las empresas, grandes y pequeñas. Sobran las falsas expectativas, porque las reales ya son suficientemente importantes.

Suscríbete para seguir leyendo