Apunte

Las leyes de la geometría política

No es posible moverse hacia la derecha y la izquierda a la vez. Si quieren un ejemplo, ahí tienen al alcalde de Madrid

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida / Isabel Infantes/Europa Press

Antón Losada

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Aunque nos empeñemos en complicarla eso que llaman geometría política, entendida esta como ese espacio que va desde la derecha más extrema a la izquierda más extrema que se disputan o comparten los partidos, se rige por unas pocas leyes bastante sencillas que conviene recordar a fin de ahorrarse disgustos. 

El espacio político y el espacio que un partido puede ocupar son limitados, no es posible moverse hacia la derecha y la izquierda a la vez, cuando un partido se desplaza en una dirección, para captar los votos en esa área, puede dejar libre espacio en la dirección contraria a ocupar por sus competidores y, al final, siempre gana aquel que se ubique más cerca de la posición del votante medio

Tener en mente esas leyes resulta muy útil para entender las cosas raras que a veces pasan en la política. Ahí tienen a Pablo Casado, yendo un día hacia el extremo para que no le rebañe más sitio Santiago Abascal y tornando al siguiente al centro para ganar las elecciones, con el resultado de engordar más y más a la extrema derecha. O a Pedro Sánchez, tentado en ir al centro que le deja libre el PP y que Ciudadanos ya no puede conservar, pero preocupado de abrirle un flanco fácil a la emergente Yolanda Díaz

Si quieren un ejemplo aún más práctico, ahí tienen al alcalde de Madrid. Se vino arriba ante Vox aprobando sus presupuestos con otros y yendo de centrista, pero a las 24 horas estaba abjurando de haber hecho hija predilecta a Almudena Grandes, para cortar la hemorragia de memes y criticas de su derecha más dura por haberse rendido a los rojos. 

El resultado final de tanto ir y venir a lo loco, pensando que la geometría política es perfectamente elástica, ha resultado más bien paupérrimo. Los lectores de la gran Almudena le han puesto una cruz a un Martínez Almeida que juega a ser el sensato en la pareja cómica que interpreta con Díaz Ayuso. Los 'haters' de la autora de 'Malena es nombre de tango' tienen alguien más a quien odiar.

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