APUNTE

Djokovic, campeón de la estupidez

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Mónica Marchante

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El 'caso Djokovic' ha alcanzado en menos de 24 horas la categoría de show. Hay arrestados en la puerta del hotel de Melbourne donde está retenido el tenista, manifestaciones, utilización política del conflicto, y por supuesto, lamentos desgarradores de los padres del nº1 de la ATP.  Dijana, su madre, acusa a las autoridades de tratarle como a un prisionero y dice que espera que su hijo gane. ¿Que gane, exactamente, qué?

Nada puede ganar Djokovic en este disparatado episodio. Solo perder. Y es reincidente. En junio de 2020 , mientras la ATP estaba en off por la pandemia, Novak organizó un torneo en Belgrado que incluyó fiesta nocturna y acabó en contagio masivo de tenistas. Las imágenes daban vergüenza ajena con la tragedia mundial aún a flor de piel.

Es respetable (para mi incomprensible) la decisión de no vacunarse contra el Covid. Pero si uno toma ese camino, como bien ha dicho Rafa Nadal, debe aceptar las consecuencias

Esta vez ha ido demasiado lejos. ¿Creía Nole que Australia le iba a abrir unas puertas que han estado cerradas durante muchos meses en un durísimo confinamiento, por ser el mejor tenista del mundo? ¿Qué hay de especial en él para aceptar su negativa a vacunarse frente al resto de deportistas que sí lo han hecho?

Es respetable (para mi incomprensible) la decisión de no vacunarse contra el Covid. Pero si uno toma ese camino, como bien ha dicho Rafa Nadal, debe aceptar las consecuencias. Y una de ellas es no pretender jugar un torneo en un país cuyas autoridades federales exigen estar vacunado para entrar. Así de fácil.

Lo que no es coherente con un deportista de su categoría, referente para millones de personas (después de esto creo que para muchos menos) es actuar como si estuviera por encima del bien y del mal.

La soberbia de Nole

Solo hay algo que justifica su viaje, la exención que Tennis Australia le concedió inicialmente, revocada a posteriori por el gobierno federal del país. Si Nole no cumple los requisitos para que se le conceda ese permiso, que sí se concede en caso de patologías agudas relacionadas con el corazón, ¿por qué lo tenía?.

A falta del dictamen de la Audiencia el próximo lunes, parece que además de la soberbia de Djokovic, hubo otros ingredientes que aliñaron esta indigesta receta.

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