Entender + la pandemia

Humanos y coronavirus: la evolución continúa

Estamos asistiendo, en vivo y en directo, a la mutua adaptación de los seres humanos y un nuevo tipo de coronavirus, el SARS-CoV-2

¿Es posible que Ómicron sea el virus más contagioso de la historia?

¿Es posible que Ómicron sea el virus más contagioso de la historia?

Fernando G. Benavides

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El padre de la teoría de la evolución de las especies, Charles Darwin (1802-1882), estaría hoy muy feliz al comprobar como uno de los elementos centrales de su teoría es corroborada por la evolución de la pandemia. Efectivamente, estamos asistiendo, en vivo y en directo, a la mutua adaptación de los seres humanos y un nuevo tipo de coronavirus, el SARS-CoV-2. Unos seres, los virus en general, en el límite de lo que se considera vida, que están poniendo a prueba la capacidad de adaptación de los seres vivos de mayor complejidad, los humanos. Algo que ha ocurrido, y seguirá ocurriendo, a lo largo de la historia de la vida en el planeta. En parte estamos aquí por esta capacidad de adaptación, de los unos y de los otros.

 No olvidemos que, de acuerdo con los datos más fiables, este coronavirus saltó desde un murciélago o un pangolín a unos humanos allá -para nosotros- en Wuhan (China), y desde allí se ha ido expandiendo a la velocidad del avión por todo el planeta, siempre que ha encontrado una persona susceptible para seguir reproduciéndose y existiendo. Ahora, después de dos años de este hecho fortuito, como nuestra propia existencia, estamos observando de nuevo como el virus ha cambiado, una vez más, para con la variante ómicron seguir existiendo. Es la lógica de lo viviente que nos enseña François Jacobs (1920-2013). 

Una variante, ya mayoritaria en numerosos países -aún siento vergüenza con el intento de señalar a Sudáfrica como “culpable”-, que se reproduce a mayor velocidad que las variantes anteriores. Por eso es la variante, de las muchísimas que se producen continuamente, que se ha expandido. Pero también es, y esa es la otra cara de la moneda, la variante que produce una enfermedad más leve, de acuerdo con la información fiable que vamos teniendo. Un hecho que era esperable, pues entre otras razones los humanos hemos empezado a conocerlo e identificarlo, desarrollando nuestras defensas. 

Esto es, el sofisticado mecanismo de adaptación de los humanos, que cuenta con fabuloso sistema inmunológico, trata de neutralizar al virus para también seguir existiendo como ser vivo. La gran diferencia es que los humanos, además del sistema inmunológico integrado en nuestras estructuras biológicas, dimos hace ya un tiempo un gigantesco salto en la evolución, y mediante la colaboración de unos con otros construimos algo que llamamos sociedad, capaz de producir y acumular conocimiento (ciencia) e instituciones (políticas) con capacidad para auto protegernos mediante un invento genial como son las vacunas efectivas y su distribución eficiente. Así pues, sea por una vía natural o artificial, vamos aprendiendo a defendernos frente al virus y sus diferentes variantes. Evidentemente, y como estamos viendo a nuestro alrededor cada día, la vía natural de adquisición de inmunidad, a diferencia de la artificial mediante la vacuna, tiene el riesgo de padecer la enfermedad en su manifestación más grave e incluso de morir. 

Así pues, podemos pensar, con cierta probabilidad de que sea verdad, que este virus nos visitara periódicamente con variantes diferentes en los próximos años o décadas. Tal como ha ocurrido, hasta ahora, con el virus de la gripe tras la pandemia de 1918. Entonces los 'apestados' éramos los españoles. Asimismo, podemos también pensar más allá de toda duda razonable que los humanos, con la ciencia y la política necesaria, vayamos mejorando nuestra capacidad para avanzarnos a estos cambios y disponer de vacunas, cada vez más efectivas y para cada una de estas variantes que irán apareciendo inevitablemente. Vacunas para toda la humanidad.

Estamos cansados, casi a punto de tirar la toalla, y es comprensible que haya la tentación de aceptar que tarde o temprano nos encontraremos con el virus. La cuestión es, como se deduce de la teoría de la evolución, que ese encuentro no evitará el siguiente encuentro con otra variante, y ese encuentro 'natural' tiene un alto coste, para cada uno de nosotros, y para una de nuestras instituciones más valiosas, entre todas las que hemos inventado a lo largo de la humanidad: el sistema sanitario. Vacunarse periódicamente es la mejor solución, para nosotros y para nuestro sistema sanitario. Otras variantes vendrán.

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