Pros y contras

Reunidos en torno a Capra

Cada año vuelvo a llorar con 'Qué bello es vivir', que ya me sé de memoria y que siempre es nueva, siempre está a punto de enseñarte nuevos rincones

Fotograma de 'Qué bello es vivir'

Fotograma de 'Qué bello es vivir'

Josep Maria Fonalleras

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En una escena del final de 'Qué bello es vivir', Clarence, el ángel que conseguirá por fin las alas que le convertirán en un ángel de primera, pide “un vino bien calentito, con canela y clavo”. También beben ese brebaje cuando todos celebran que George Bailey haya vuelto a la vida y haya descubierto que su presencia hace que el mundo sea un lugar más habitable. Cada año, y hace unos cuantos, vuelvo a llorar con una película que ya me sé de memoria y que siempre es nueva, siempre está a punto de enseñarte nuevos rincones. Es una historia nítida y sencilla y, a la vez, está llena de repliegues, con un guion memorable y un extraordinario James Stewart como el hombre corriente que se desespera y ríe, que se hunde y planta cara.

Salvador García-Arbós, uno de los organizadores de la ceremonia anual en el Cine Truffaut de Girona, cada 22 de diciembre, este año aportó la novedad del vino caliente como clausura del rito navideño. Explicó sus antiguos orígenes y la tradición, sobre todo nórdica, de moderar la astringencia con especies. Nos sentimos algo más angelicales. Y recordamos de nuevo por qué nos reunimos en torno a Capra. Para pensar que, a pesar de todos los obstáculos, la bondad viene cargada de sentido.

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