Apunte

El orgullo razonable

Benzema y Ancelotti se saludan en un partido.

Benzema y Ancelotti se saludan en un partido. / EP

Mónica Marchante

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Orgullo es la palabra más utilizada por jugadores, técnicos y presidente para describir el sentimiento con el que llegan al parón navideño.

Tras la victoria en San Mamés, y sabiéndose campeones de invierno, Courtois colgaba en sus redes dos frases: “Mucho orgullo tras la victoria de hoy. Hemos demostrado que somos capaces de superar todas las adversidades”. Kroos escribía “orgulloso de este equipo”.

Florentino Pérez, en su mensaje navideño , asegura que seguirán trabajando para que todos los madridistas se sientan orgullosos. 

Benzema, on fire

Los números del equipo de Ancelotti justifican ese orgullo editorial y son contundentes en el ecuador de la competición. Han ganado 8 de los 10 partidos que han disputado fuera del Bernabéu, meten más goles que nadie, llevan 41, nueve más que el segundo más anotador y tiene al pichichi de la liga on fire.

Benzema está en su mejor momento realizador (15) y asistente (7). Y su calidad y brillantez en el campo dejó una de las imágenes más bonitas en un campo de fútbol, cuando la afición de San Mamés se puso en pie para aplaudirle. ¿Hay algún reconocimiento más agradable que el de la afición rival? Y si la afición es la de San Mamés, como en su día fue la del Betis ante dos golazos de Messi, aún más especial.

Las teclas de Ancelotti

¿Qué parte de este Real Madrid tiene Ancelotti? Es indiscutible que el técnico italiano ha tocado teclas con jugadores esenciales que Zidane no consiguió. La más evidente es la de Vinicius, aunque menos protagonista en los últimos partidos, es el tercer máximo goleador de la liga con 10 goles y el que más pases da en el último tercio. Su extraordinaria mejoría de cara a puerta está seguramente ligada a la confianza que Carletto le ha dado desde que llegó.

A Hazard está consiguiendo recuperarle y hasta Jovic ha enseñado lo que nunca hasta ahora. Asensio ha vuelto a hacer goles como los de su mejor año. Y Modric vive una segunda juventud que solo un test positivo ha podido parar. Y atrás, ¿quién se acuerda de Varane y Ramos? Ancelotti tiene razones para estar orgulloso de su obra. Solo deberá mantenerla en la segunda vuelta.

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