Opinión | Nombramientos en Catalunya

El Periódico

Consenso en el camino de la normalidad

Pere Aragonès, con Salvador Illa al fondo, en el Parlament

Pere Aragonès, con Salvador Illa al fondo, en el Parlament / ACN / MARTA SIERRA

Antes de final de año, ERC, Junts per Catalunya y el PSC han llegado a un acuerdo para la renovación de los responsables de varios organismos del autogobierno catalán: la Sindicatura de Greuges (Esther Giménez-Salinas), la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (Rosa Romà), el Consell de l’Audiovisual de Catalunya (Xevi Xirgo) y la Autoritat Catalana de Protecció de Dades (Meritxell Borràs), además de la renovación de la Sindicatura de Comptes (con Miquel Salazar como Síndic Major) y el Consell de Garanties Estatutàries.

Es una buena noticia que los tres partidos mayoritarios de la cámara (y los dos que forman el Govern) hayan conseguido un pacto. Lo es más en Catalunya, donde hasta no hace mucho un acuerdo entre una formación independentista y el PSC era percibido casi como una traición no se sabe muy bien a quién ni a qué. La ruptura de los bloques (que también se ha dado en los Presupuestos con el apoyo de los ‘comuns’ a las cuentas) es uno de los brotes verdes más esperanzadores que deja la política catalana este 2021.

Como sucede en pactos de esta naturaleza, el consenso se alcanza aceptando nombramientos que no son a veces platos fáciles de digerir. Pero el ejercicio de responsabilidad debe pesar cuando de órganos institucionales se trata, aunque implique que la alineación de nombramientos sea desigual y, en algunos casos, discutible. La renovación de los órganos y la ruptura de los bloques compensan estos legítimos peros. Estos nombramientos son un paso a la recuperación de la normalidad política.