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El futuro de la fábrica de Seat

La estrategia del grupo Volkswagen de dar mas relevancia a Cupra es un reto para la planta de Martorell, vinculado a la apuesta por el coche eléctrico

Seat estrena el centro para el desarrollo de baterías en Martorell.

Seat estrena el centro para el desarrollo de baterías en Martorell.

La planta de Seat en Martorell va a dar un giro que supondrá la priorización de la marca Cupra y de los vehículos eléctricos. De momento, no se sabe cuáles son los planes de futuro para la marca generalista Seat, creada hace 70 años. El presidente de Seat, Wayne Griffiths, apuntaba hace poco que, puesto que la proporción actual de ventas de los vehículos eléctricos (híbridos enchufables y eléctricos puros) es todavía discreta, se ha decidido concentrar en Cupra la oferta de vehículos 100% eléctricos. Por su parte, Seat se focalizará en los híbridos enchufables y en los modelos de combustión, en este último caso, mientras las normativas lo permitan. Aunque aún sean pocos vehículos eléctricos que se venden, las grandes empresas automovilísticas diseñan sus planes de futuro previendo que en 2030 supondrán más de la mitad de la facturación.

Cupra es una marca en auge, que ha triplicado las ventas en tres años. Todo ello podría acabar relegando a Seat, algo que inquieta a los sindicatos. Además, hay que considerar que los modelos de Cupra ofrecen un mayor margen por unidad que los de Seat, marca que aporta beneficios gracias al gran volumen de ventas. Son reveladoras en este sentido las palabras del consejero delegado del Grupo Volkswagen, Herbert Diess, a El PERIÓDICO: «El plan es mantener los márgenes, más importante que los volúmenes. No vamos a pelear por el último coche vendido». En cuanto al futuro de la marca Seat, reflexionaba Diess: «No va a desaparecer. Estoy buscando cuál va ser su sitio dentro del grupo». El presidente del comité de empresa, Matías Carnero, apuntaba que lo ideal sería tener una línea en que tanto pudiera producir Seat como Cupra u otras marcas. Carnero reclamaba a Volkswagen inversiones y modelos nuevos.

Que la estrategia de Volkswagen pase por convertir a Cupra en marca de referencia del coche eléctrico y dejar a Seat en una posición residual obliga a buscar un nuevo encaje de la mítica marca en el mercado (con productos de menor coste, por ejemplo). Es un reto para la fábrica catalana, que debe adaptarse para no quedarse atrás en la transformación de la industria del automóvil.

Sea como sea, las perspectivas son ilusionantes. Seat acaba de inaugurar un centro de investigación y desarrollo de baterías en Martorell, en el que ha invertido más de 7 millones de euros. Pero mucho más relevante es que Bruselas ha aprobado este mismo mes el proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica (Perte) del automóvil eléctrico y conectado presentado por el Gobierno español. El proyecto supone ayudas de 3.000 millones de euros a través del Ministerio de Industria, más 1.300 millones de otros ministerios. Seat se encuentra en la primera línea de salida para recibir la inyección multimillonaria procedente de la Unión Europea, lo que, de confirmarse, supondrá un fuerte estímulo a la producción de coches eléctricos en Martorell -donde, según la previsión, se fabricarán el año que viene 440.000 unidades, pese al contratiempo de la escasez de microchips- y en Landaben (Navarra).

La apuesta de Volkswagen por la electrificación y por dar un nuevo impulso a sus fábricas en España debe contar con el acompañamiento tanto de la administración central como de la Generalitat de Catalunya, que, por otro lado, siempre han mostrado su decidido apoyo institucional a Seat. Las autoridades deberán también asegurarse de que la gran oportunidad que representan los fondos europeos no sea desaprovechada.