Creu de Sant Jordi

Justo Molinero, uno de los grandes

No es independentista, pero no tuvo reparo en llamar a votar el 1 de octubre y en defender que los catalanes deben decidir el futuro de Catalunya

Justo Molinero.

Justo Molinero.

Sergi Sol

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El inventor del 'jaroteo' es uno de premiados con la última Creu de Sant Jordi que concede el Govern de la Generalitat. Se la merecía sin lugar a dudas. Por todo lo que representa y por una admirable trayectoria profesional. Justo es, además, un tipo al que si le das la mano sabes que no te va a fallar. Si te da su palabra te da también el corazón.

En estos tiempos que corren, con la nueva ofensiva judicial medrando en la escuela, merece la pena recordar la aportación que personas como Justo han hecho a la convivencia y al progreso del país. También a la catalanidad. Suya es la frase –con permiso de mi amigo Domingo Alfonso, de Sant Vicenç dels Horts- "los catalanes nacemos donde nos da la gana".

Justo ha hecho más por el país y el catalán desde Radio Tele-Taxi, en Santa Coloma de Gramenet, que todos los alborotadores de Twitter que, con sus miserables proclamas incendiarias, han dado munición a una derecha que vive de la confrontación. Justo es de los que habla claro y no se corta un ápice. No es independentista. Por lo menos seguro que no, si es para ir de la mano con esos machotes de las redes sociales que son la peor turba que padece este país. Pero no tuvo reparo en llamar a votar el 1 de octubre y en defender que los catalanes deben decidir el futuro de Catalunya. Y no era fácil desde Santa Coloma de Gramenet y ante una audiencia, la suya, que no es exactamente la de Catalunya Ràdio o Rac1.

Por cierto, Radio Tele-Taxi ha dado la campanada en el último EGM. Nada más y nada menos que 196.000 oyentes, su mejor registro en los últimos años. La fórmula de radio que inventó Justo Molinero tiene cuerda para rato. Su 'jaroteo' sigue tan vivo como su amor por Catalunya, adonde llegó, como tantos otros, con una mano delante y otra detrás. Es un catalán sin complejos que no renuncia a su Villanueva de Córdoba que, por cierto, su gentilicio es lo que da nombre al programa y a ese estilo tan suyo. El nombre del pueblo era Villanueva de la Jara, de ahí jarotes y el 'jaroteo'. 

Per molts anys, estimat Justo!  

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