Política lingüística

Los colonos que hacen pis

La inmersión no es una buena metodología. Su porcentaje es excesivo o, al menos, debería ser actualizada

Una madre acompaña a sus hijos a la escuela Turó del Drac de Canet de Mar, en cuya entrada luce una pintada que reclama la enseñanza en catalán

Una madre acompaña a sus hijos a la escuela Turó del Drac de Canet de Mar, en cuya entrada luce una pintada que reclama la enseñanza en catalán / ACN / JORDI PUJOLAR

Álex Sàlmon

Álex Sàlmon

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La lengua nos separa. Mala cosa. Los idiomas son herramientas de comunicación, pero se convierten en armas arrojadizas. Ahí estamos, buscando explicaciones a cuestiones repletas de matices, claroscuros y que enfrentan a los bandos.

La mayor dificultad es que, unos y otros, niegan la instantánea que debería servir como espacio de acercamiento. Unos mantienen como esencia que el catalán es la lengua propia del país y otros que Catalunya es una sociedad bilingüe que armoniza el idioma en la calle sin demasiados problemas.

Pero hablamos del interior de las aulas. Y, en concreto, de la época de educación obligatoria. Ello afecta a los niños con edades entre los 6 y los 15 años y a sus padres. Son los protagonistas de forma cíclica. El resto es un runrún político.

Tenemos dos fotos muy negativas. El cartel de la manifestación del sábado en contra del 25% de castellano con un 'Fora colons' y la expresión desafortunada de Pablo Casado asegurando que los niños en Catalunya solo pueden ir a hacer pis si lo piden en catalán. 

Quienes estén de acuerdo con unos o con otros, deberían acabar de cara a la pared y orejas de burro. Es cierto que uno es un ciudadano anónimo y el otro un diputado y líder de la oposición. De acuerdo. Pero deprime que los manifestantes que rodeaban la pancarta no obligaran a su portador a tirarla a la papelera. O hacerle ver la tremenda tontería que llevaba escrita. Seguramente, hasta les hizo gracia. La misma sonrisa que a otros les produjo el pipí lingüístico.

La inmersión no es una buena metodología. Su porcentaje es excesivo o, al menos, debería ser actualizada. Las líneas únicas sí ayudan a evitar la segregación por aulas.

Existe una cuestión que parece no entrar en la polémica y es fundamental. ¿Qué hacemos con el inglés? Los logros educativos con esta lengua son casi nulos. Países como Portugal, Italia o Alemania nos superan de forma descarada. Y el inglés es la lengua fundamental para abrir las miras profesionales, como lo es el castellano. Pero es que ese pragmatismo educativo no existe. Y así nos va.

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