El excesivo peso de la historia

Esta semana Xavi se ha sincerado y ha dicho, en la rueda de prensa previa al partido contra el Elche, que "nos está costando más de lo que pensábamos". En la comparecencia posterior, ha ido más allá y ha criticado la pérdida de la esencia azulgrana, del "juego de posición". Hay futbolistas que no saben de qué se trata y que no entienden de qué va la cosa, al parecer de Xavi, y justo es eso lo que está costando que aprendan.

El entrenador ha planteado la cuestión como un asunto de estado, porque, en resumen, el Barça no debe (ni puede ni le es permitido) jugar si no es con esta filosofía, la suya, la que proviene de la matriz cruyffista y se lleva al éxtasis futbolístico en los años de Guardiola, con Xavi como punto neurálgico de esa manera de jugar.

Se arma de argumentos e insiste en el trabajo y en el ADN culé y lanza mensajes de esperanza, de esos que parecen un Alka-Seltzer, la pastilla efervescente para los ardores de estómago y las resacas. Para volver a la normalidad después de una noche sin freno y sin control.

Estaremos de acuerdo que en los últimos años tanto la gestión económica como la deportiva han sido lamentables. Que desde la última Champions de Luis Enrique, la cosa se ha deshilachado hasta tal punto que estamos ante un Barça irreconocible. Vale. Pero, ¿es cierto que el Barça ha perdido la conciencia de ser el Barça? ¿En qué consiste tal conciencia? ¿Existe de verdad una única manera de jugar? ¿Quiénes desconocen la piedra filosofal? ¿Los que ya jugaron con Guardiola y Xavi, como Piqué o Busquets? ¿Los que llegan de fuera sin ese conocimiento parido en las entrañas de la Masia? ¿Los jóvenes que ahora merecen tantos elogios?

"Un partido trascendental"

Gavi, sobre todo Gavi, y Nico (y Jutglà) salvaron al Barça de una hecatombe navideña, porque resulta que jugar contra el Elche (que llevaba casi 50 años sin ganar al Barça y más de 40 sin meterle un gol) se había convertido en una especie de final de la Champions. Habría sido un trámite festivo en otras épocas, pero ahora se convertía en "un partido trascendental", según Xavi. ¿Por qué? Respuesta optimista: para empezar a recorrer cuanto antes la nueva era. Respuesta pesimista: porque esta es la liga del Barça, intentar vencer a equipos menores que le plantan cara. Y se la plantó en 90 minutos de vértigo, mientras observábamos la altura tremebunda del acantilado.

Pues resulta que Gavi y Nico, las dos joyas que han de recuperar el juego de posición y la magia en el césped, llevan desde los 11 años en el club. Alguna cosa habrán aprendido todo este tiempo para jugar como juegan, digo yo. Xavi, quizás, tendría que hacer como el club con el Espai Barça. Labrar el futuro mientras se juega (y se gana) como se puede, en donde se pueda. Construir un mañana 'triomfant' sin pedir peras al olmo, sino procurando que las grúas, en especial las defensivas, no caigan por el exceso de peso de la historia.

Suscríbete para seguir leyendo