Apunte

Inflación con interés

La subida de los precios, que se va generalizando, aviva el fantasma de la subida del precio del dinero

Un puesto de venta en el mercado de Sant Antoni de Barcelona

Un puesto de venta en el mercado de Sant Antoni de Barcelona / MANU MITRU

Agustí Sala

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Todo iba bien hasta hace unos meses en que apareció ella. Tanto la escalada de los precios de la energía, que han llevado el kilovatio a niveles récord, como la falta de materias primas y suministros, la han hecho reaparecer. Creíamos que no era tan necesario que los salarios -los sindicatos reclaman ya subidas-- y otras rentas se vincularan a ella, pero ha regresado, y a niveles que no veíamos desde hace casi 30 años, cuando los tipos de interés de los créditos eran de dos dígitos.

Pero, como decía el que fuera presidente del Bundesbank alemán, Karl Otto Pöhl, "la inflación es como la pasta de dientes: una vez que está fuera resulta muy difícil volver a meterla en el tubo". Tanto la Reserva Federal de EEUU como el Banco Central Europeo (BCE) insistieron en que la actual subida era un fenómeno transitorio.

Ahora ya no lo dicen: el presidente de la Fed, Jerome Powell, reconoció el jueves que la inflación se ha "generalizado" y llegado a todos los sectores y que durará "hasta bien entrado 2022". Y su homóloga europea, Christine Lagarde, admitió que "seguirá elevada a corto plazo", y ya augura un nivel importante el año que viene: 3,2% frente a una media del 2,6% en 2021. El Banco de España también ha revisado al alza la inflación subyacente, la que excluye los elementos volátiles como la energía o los alimentos no elaborados, y la general para 2022.

Todo ello aviva el fantasma de las subidas del precio del dinero, situado en el 0% en la zona euro desde marzo de 2016. La Reserva Federal ya anticipa al menos tres subidas el año que viene, con un ritmo de crecimiento que le ha permitido ya recuperar le nivel precovid. El BCE, por su parte, ha retrasado ese hito del final de este año al primer trimestre del que viene, pero con la presión del nivel general de precios, que de la energía ha pasado ya a los alimentos, el alza del precio del dinero se aproxima más. Buena noticia para los ahorradores y los bancos, pero no muy buena para los hipotecados. Por eso hay que seguir la inflación con interés.

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