Pros y contras

Pou, Cicerón y Redondo

Los géneros, los lenguajes se doblegan, se entremezclan y dialogan entre ellos para alimentar nuestra mirada

Iván Redondo.

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Emma Riverola

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Del escenario, al mundo. No son tiempos de fronteras estancas. Los géneros, los lenguajes se doblegan, se entremezclan y dialogan entre ellos para alimentar nuestra mirada. El jueves pasado, se produjo un fascinante juego de espejos en el teatro Romea de Barcelona. Un diálogo entre el actor Josep Maria Pou y el consultor político y exdirector del gabinete del presidente Pedro Sánchez, Iván Redondo. El primero se reflejó en su personaje del ‘Viejo amigo Cicerón’, en cartel en el mismo teatro. El segundo… en sí mismo.  

La alianza de Pou y Cicerón resultó irresistible. Inteligencia, humor e ironía se regalaron en abundancia. El pensamiento del orador, político y filósofo romano nos recordó que, en esencia, siguen moviéndonos los mismos resortes. Por su lado, el asesor político insistió en los juicios efervescentes y las insinuaciones veladas. Situado sobre el escenario, jugaba al artificio y trataba de sugerir más que sentenciar. Redondo es de los que habla a medias. Siempre queda la duda de si tiene mucho que callar o, simplemente, poco que decir. En cualquier caso, más allá de sus aspiraciones o sus desquites, de sus triunfos o sus faroles, queda el espectáculo. Un excelente espectáculo.  

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