Despedida

Adiós, puñeteros

Servidor deja de escribir su artículo semanal, aunque puede que temporalmente. Creo que, siempre que sea posible, uno tiene la obligación de administrar los tiempos

Laura Borrás, presidenta del Parlament de Catalunya

Laura Borrás, presidenta del Parlament de Catalunya / Job Vermeulen

Xavier Sardà

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Escribir un artículo siempre se las trae. Es estimulante y a veces inquietante. Se descubre uno entre sus propias palabras. Cada semana asoma un universo potencial en la página en blanco. Hoy experimento un cierto vértigo personal y profesional. Vayamos al grano, sin más dilaciones.

Hoy debo deciros que servidor deja de escribir su artículo semanal, aunque puede que temporalmente. Creo que, siempre que sea posible, uno tiene la obligación de administrar los tiempos. Después de varios años intentando abordar una cierta visión del país, hay que considerar la realidad con calma y una perspectiva renovada. 

Es una decisión personal y no caben, os lo aseguro, motivaciones de otro orden. Estoy bien de salud. No me voy a otro periódico y solo tengo palabras de agradecimiento a las empresas, los directivos y al extraordinario personal laboral de EL PERIÓDICO. Con Albert Sáez, el director, hemos dejado las puertas abiertas a cualquier tipo de colaboración futura.

Gracias también a todos los lectores por vuestros comentarios. Sobre todo, a los que no hacéis una religión de vuestras opciones políticas. Gracias por mejorar mis artículos con vuestras sorprendentes reflexiones. 

Hoy podría escribir un artículo sobre los políticos que no se hablan, o sobre reyes copuladores de pago, que de paso sodomizan al país. Hoy podría escribir un artículo sobre la gran Borràs, pidiéndole a Aragonés que se someta a una cuestión de confianza, porque lo pide la CUP.

Hoy podría escribir un artículo sobre la conveniencia o no de las cenas de empresa. Ingenioso el que habla de un estudio según el cual, en España, hay más cenas de empresa que empresas.

También me llama la atención el criterio del ya ex obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla. Ha dicho que “el progresismo es un virus”. Dios nos quiere fachas, según el prelado mitrado, metropolitano y patriarca. 

Bueno, pues hasta siempre. Como diría un viejo y buen amigo de la radio, al que los más jóvenes no conocisteis: “Adiós puñeteros”.

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