APUNTE ANTES DEL BAYERN

A Dios rogando y con el mazo dando

Laporta

Laporta / JORDI COTRINA

Emilio Pérez de Rozas

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Yo se lo cuento y ustedes se lo creen o no. El caso es que la crisis del Barça ya está en manos de Dios. No parece suficiente tener a los avalistas más ricos del momento a su favor, no parece suficiente poseer el que dicen es uno de los mejores CEO de la historia, Ferran Reverter, el que asegura que, en nada, el Barça podrá fichar a lo grande, aunque Mateu Alemany diga que no pueden contratar a nadie, ni al refuerzo más barato. Ni siquiera parece suficiente haber rescatado a Xavi Hernández de Catar y haber utilizado la mejor arma electoral (¿lo era?) de Víctor Font para poner en marcha un proyecto que no tenía hoja de ruta alguna.

No, no, que va, que va. Hace ya mucho tiempo que la crisis del Barça, más aún, el primer mandato de Joan Laporta, los primeros meses (ya pasaron los 100 primeros días sin pena ni gloria), están en manos de Dios, del Altísimo, de los altares. Y no se lo cuento en broma, no. Acaba de comprobarse y demostrarse hoy, en la mismísima ciudad de Munich. Luego se lo cuento.

Primero, Montserrat

Cuentan que el primer rezo se produjo, cuatro días antes de la asamblea (frustrada) decisiva, celebrada el pasado 17 de octubre. El 13, es decir, Laporta acudió al monasterio de Montserrat para asistir a la bendición del Padre Manel Gasch como nuevo abad de la montaña santa. Y allí se encontró a más de un amigo, con los que, incluso, bromeó en el sentido de “no me habrás visto rezar para que salga adelante la asamblea ¿verdad?” Ahí empezó todo.

Hoy, justo cuando se dirigía, como siempre, en compañía de su inseparable asesor, Enric Masip, hacia el restaurante del mítico portero Oliver Kahn donde, al parecer, se ha celebrado la comida de las directivas del Bayern de Munich y el Barça, Laporta se desvió hacia la catedral de Munich (“me gustan las iglesias, suelo visitarlas”), para encender alguna que otra vela, no se sabe si para que esta noche no nieve o para que su equipo logre, si no la victoria, sí la clasificación de los 20 millones de euros. Luego diría lo de (casi) siempre, lo que ya dijo su amigo y “héroe”, Gerard Piqué: “Hay que sacar el orgullo y estoy seguro que los jugadores lo van a sacar pese a la climatología. Pasaremos”.

Es probable, muy posible, que tanto Laporta como su mariscal de campo (y voz), Enric Masip, sean fieles seguidores del popular refrán, muy español, de “a Dios rogando y con el mazo dando”, lo que significa que la luz de las velas que los dirigentes culés han encendido en la catedral de Munich deberán tener su continuidad y materialización, esta noche, sobre el helado (o frío) césped del Allianz Arenas. Ojalá no se le congelen los dedos de los pies a Masour Ousmane Dembélé.

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