Pros y contras

Poder ir a Qatar, pero sin besarse

Será muy bonito este Mundial de Qatar, que ya nació bajo el estigma de la corrupción y que se jugará a mayor gloria de la hipocresía internacional

Mundial de Qatar 2022.

Mundial de Qatar 2022. / ShutterStock

Josep Maria Fonalleras

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Hace unos años, en Dubai, pude comprobar cómo vivían los trabajadores inmigrantes (la mayoría nepalís, indonesios o paquistanís), en algunos de los barrios alejados de los fastuosos rascacielos o también al abrigo de las grandes construcciones, en unas condiciones infrahumanas. Son la base sobre la que se asienta la euforia inmobiliaria desorbitada. En Qatar, ocurre lo mismo. The Guardian, hace meses, denunció que, a raíz de las obras para el Mundial de fútbol, había contabilizado a 6.500 trabajadores fallecidos. Esto, sin contar con la vida miserable de los dos millones que prácticamente están esclavizados. Será muy bonito este Mundial, que ya nació bajo el estigma de la corrupción y que se jugará a mayor gloria de la hipocresía internacional.

Ahora, en Qatar han dicho que permitirán que los homosexuales que viajen pueden estar seguros, siempre que no se besen ni se abracen, "porque somos pudorosos y conservadores y debe respetarse nuestra cultura". Algunas voces progresistas ya han reclamado que España juegue con brazaletes del arco iris para demostrar el rechazo a la homofobia. Uy, sí. Los Emiratos tiemblan. Quizás ya sería el momento de dejar los símbolos aparte y jugar de cara a barraca.

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