Pros y contras

Nuestra mafia

Las mafias de la ocupación controlan un mercado cada vez más creciente y renuevan sus estrategias constantemente. Desde utilizar familias con niños para demorar los desahucios hasta convertir los inmuebles en campos de marihuana

Los bomberos trabajan en la plaza Tetuán de Barcelona, donde han muerto cuatro personas en un incendio

Los bomberos trabajan en la plaza Tetuán de Barcelona, donde han muerto cuatro personas en un incendio / Ferran Nadeu

Emma Riverola

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las películas de mafiosos tienen un aura irresistible. Esas atmósferas sicilianas trasplantadas en Nueva York, matanzas sangrientas al aroma de lasaña. Pero lo cierto es que no hay nada glamouroso en las mafias, solo miseria y el enriquecimiento de unos pocos que se alimentan de la desdicha ajena. La familia muerta en el reciente incendio en Barcelona pagó 700 euros por habitar el local. Las mafias de la ocupación controlan un mercado cada vez más creciente y renuevan sus estrategias constantemente. Desde utilizar familias con niños para demorar los desahucios hasta convertir los inmuebles en campos de marihuana. La familia muerta no tenía papeles, no podía recurrir al mercado legal. Mafias de la ocupación, de la prostitución, de la migración… Cada espacio que la política institucional es incapaz de tratar en beneficio de los más vulnerables se convierte en terreno para las mafias. 

¿Qué dicen las encuestas electorales? ¿Cómo evoluciona la popularidad? La vida en los márgenes no da votos. Mejor callar. Mejor esperar. Es nuestra dejadez, nuestra hipocresía, nuestra incapacidad para llegar a acuerdos las que alimentan y ceden el poder a las mafias. Son ‘nuestras mafias’. Las que nos hacen el trabajo sucio. 

Suscríbete para seguir leyendo