Incendio mortal

Sangre en la portería

A los mafiosos les interesa «vender las llaves» a familias. ¿Lo sabe la policía? Sí. ¿Lo saben en el ayuntamiento? Sí. ¿En la Generalitat? También

Manifestación por la muerte de cuatro personas en un local okupado en la plaza de Tetuán de Barcelona

Manifestación por la muerte de cuatro personas en un local okupado en la plaza de Tetuán de Barcelona / JOAN MATEU PARRA

Sílvia Cóppulo

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Había manchas de sangre en el suelo de la portería de la finca de la plaza de Tetuan de Barcelona donde murieron una pareja inmigrante y sus dos hijos pequeños, de 3 años y 4 meses. La familia ocupaba los bajos junto a otras personas. Los vecinos no se explican el origen de las manchas: la muerte por inhalación de humo no provoca heridas que sangren. 

En los bajos malvivían hasta diez personas. Otros ocupantes del local salieron a un patio de luces y se salvaron. El incendio pudo ser un accidente. O no. En la noche del lunes, la policía había acudido al lugar, avisada una vez más por los vecinos de una fuerte discusión. Los ‘mossos’ y los ocupantes se conocían bien. 

¿De qué sirve que la alcadesa afirme que los propietarios de la antigua sucursal bancaria se habían desentendido del local, cuando en realidad están inmersos en un embrollado proceso judicial? Los servicios sociales del ayuntamiento habían acudido hasta seis veces en el último mes para prestar ayuda a la familia. Los ‘mossos’ tenían fichada la finca por el peligro que generaban unas instalaciones de suministros maltrechas. Hace poco, les cortaron el agua y la mujer acudía a la fuente pública de la calle con garrafas. Shaky, paquistaní, recogía chatarra para venderla. Conseguía unos 50 euros diarios. No podía optar a un contrato regular. Él y su mujer, Violeta, de origen rumano, habían pagado 700 euros a una mafia para ocupar la finca por un año. Anteriormente, habían desembolsado mil euros para entrar en otra finca en Badalona. A los mafiosos les interesa “vender las llaves” a familias. Pon un niño dentro y será más difícil que se vayan o que les echen. 

Las bandas mafiosas discuten entre ellas: este negocio es mío, mi parte y no la tuya del local. ¿Lo sabe la policía? Sí. ¿Lo saben en el ayuntamiento -que por cierto dispone de pisos sociales vacíos-? Sí. ¿Lo saben en la Generalitat? También. Esta ocupación no va de ocupas, ni de locales supuestamente abandonados; va de mafias que extorsionan la pobreza. Hagan algo.

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