Pros y contras

Sobre la ira y las acciones conceptuales en el Festival Clàssics 21

En el mundo de la radicalidad contemporánea los artistas tienen cierta tendencia a dañarse a sí mismos

Cartel del Festival Clàssics

Cartel del Festival Clàssics

Josep Maria Fonalleras

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El Festival Clàssics 21 es una muy loable iniciativa que reflexiona sobre “temas primordiales” a partir de 'performances', debates y diálogos, lecturas y conciertos. Este año se dedica a la ira, "la bestia con la que vivimos". Hay citas muy interesantes y también existen “microacciones de carga visual sencilla, pero intensa, tanto a nivel emocional como conceptual”. Como las del artista Abel Azcona, reconocido en todo el mundo. Ya ha prorrumpido con una acción en las calles de Barcelona; se llama 'La primera acción' y ha consistido en sentarse en una silla en medio de la vía pública, en la Rambla, a la altura del Museu de Cera, para provocar la ira, justamente, la de los conductores que han tenido que esquivarlo. El sábado, si todo va bien (o mal) se dejará golpear por una boxeadora hasta caer noqueado. Será una "representación conceptual". Constato que en el mundo de la radicalidad contemporánea los artistas tienen cierta tendencia a dañarse a sí mismos. Ocurre también con Angelica Lidell, dispuesta a inmolarse por el bien del concepto y la modernidad. Hay quien les quiere mucho y también hay quien les odia. Y después, están todos los demás, que conviven con la ira y el amor sin darle más vueltas.

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