Frenar el covid

Antivacunas y antitabaco

La policía sanitaria que controlará los pasaportes en los restaurantes también puede detener a quienes comen un menú rico en colesterol o beben alcohol sin moderación

Unos jóvenes se dispone a mostrar su pasaporte covid a la entrada de una discoteca en Barcelona

Unos jóvenes se dispone a mostrar su pasaporte covid a la entrada de una discoteca en Barcelona / MANU MITRU

Matías Vallés

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Tengo un amigo vacunado tres veces que fuma en abundancia, y conozco a un antivacunas militante que además es un feroz antitabaco. A partir de aquí, ¿a quién favorecen las estadísticas de mortalidad, que hoy se revisan cada día antes de salir de casa? Conste que el primero ahonda en un vicio que le daña indudablemente, mientras el segundo se niega a someterse a una inyección que mejora sus opciones. Dado que se plantea en serio racionar la asistencia sanitaria a los no vacunados, este castigo ya se barajó contra los fumadores que persistían en su vicio. Nunca ha prosperado, ahora pasaría fácilmente el filtro de la opinión pública. Contra los no inmunizados, no contra los adictos a la nicotina. 

Se puede estar a favor de la vacuna, por criterios médicos pero sobre todo de solidaridad, y en contra del pasaporte covid. Fernando Simón no le ve “mucho sentido” al certificado de virales, dado que la mayoría de la población se ha vacunado. Además, las personas en posesión de dicha documentación pueden contagiar y ser contagiadas, un efecto secundario en el que se racionó el énfasis. Por comparar con los salvoconductos habituales, de poco servirían los pasaportes exigidos en las fronteras si se determinara que un porcentaje apreciable son falsos. 

El comportamiento humano no es coherente, tampoco en pandemia. Cuando Jesucristo plantea “el que esté libre de culpa, que tire la primera piedra” a los fariseos, no sospechaba que encontraría más candidatos a lapidadores que en ‘La Vida de Brian’. La policía sanitaria que controlará los pasaportes en los restaurantes también puede detener a quienes comen un menú rico en colesterol, o beben alcohol sin moderación. Y de paso, darse una vuelta por la farmacología de los lavabos. Frente a las contradicciones, la ortodoxia proclama que no se puede aceptar la progresión de la pandemia sin reaccionar. El grito surge del planeta que solo ha tomado una medida estratégica contra el apocalíptico cambio climático, adelantar las compras de Navidad.

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