Elecciones impredecibles

El volcán chileno

La extrema izquierda más rancia ha despertado a la ultraderecha pinochetista y ello aboca ese país del cono sur a una polarización inquietante

Elecciones en Chile

Elecciones en Chile / REUTERS / Pablo Sanhueza

Rafael Vilasanjuan

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En un país de tan grandes contrastes, que abarca desde el desierto de Atacama a los glaciares de Magallanes, tal vez esa sea la mejor metáfora para explicar la primera vuelta de unas elecciones que anuncian que el próximo presidente puede caer del lado extremo de la izquierda o del mas radical de la derecha. No hay término medio, tras años en los que el país se mostraba predecible, uno de los mas fiables del cono sur americano, el voto apunta a los extremos.

Como la imagen del volcán de La Palma, Chile, tan lejos en la distancia, pero tan afín en todo el resto, lleva tiempo viviendo con fuego en el cuerpo y movimientos sociales tectónicos que anunciaban la explosión. La corrupción, la falta de confianza en los partidos tradicionales y sobre todo las protestas que en 2019 pedían el final del modelo neoliberal impuesto por los militares, están en el origen de la polarización. Gabriel Boric lleva en su mochila los votos que salieron de esas manifestaciones. Su figura no es radical, pero su plataforma electoral incluye al comunismo mas rancio, con propuestas que suenan arcaicas. El ascenso de esta izquierda extrema ha despertado a la ultraderecha, que vivía agazapada, añorando los años de la dictadura militar o al menos lo que significa de orden y seguridad. Su candidato, José Antonio Kast, se precia de que si Pinochet viviera le votaría a él. Sus formas son calcadas a las de Trump, su referente, el brasileño Bolsonaro. La crisis de los migrantes venezolanos ha hecho el resto llenando su mochila con proclamas xenófobas contra la inmigración.

En medio del fuego hay señales de esperanza, la ultima reforma incluye mayor proporcionalidad, lo que permitirá nuevos acuerdos de cara a la votación final. De ahí la importancia de que la candidata Yasna Provoste pueda acabar teniendo un papel decisivo en un viraje de la izquierda hacia el centro en la segunda vuelta en un mes. Mientras, esperaremos en la falda del volcán que Chile no acabe escupiendo fuego en esta región ya tan polarizada.

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