ANÁLISIS

Celebraciones

Soccer Football - World Cup - UEFA Qualifiers - Group B - Spain v Sweden - Estadio de La Cartuja, Seville, Spain - November 14, 2021 Spain coach Luis Enrique , Sergio Busquets and Rodri celebrate as Spain qualify for the Qatar 2022 World Cup REUTERS/Marcelo Del Pozo

Soccer Football - World Cup - UEFA Qualifiers - Group B - Spain v Sweden - Estadio de La Cartuja, Seville, Spain - November 14, 2021 Spain coach Luis Enrique , Sergio Busquets and Rodri celebrate as Spain qualify for the Qatar 2022 World Cup REUTERS/Marcelo Del Pozo / REUTERS/Marcelo Del Pozo

Mónica Marchante

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La semana futbolera ha traído celebraciones varias. Empezó en el césped de La Cartuja con la explosión de júbilo de la selección española clasificada para el Mundial de Qatar. La alegría del grupo encabezado por su líder y autor, Luis Enrique, que junto a los que aparecían en esa foto (y otros 14 futbolistas más que jugaron antes), ganaron los dos últimos partidos y supieron superar la presión del riesgo de jugar la repesca, no fue compartida por algunas voces críticas. 

Desde Alemania-74 la selección no falta a un Mundial. Clasificarse era una obligación. Y cuando se cumple con una obligación no cabe celebración, argumentaban.

¿Pensarán lo mismo viendo los vídeos de Argentina? La clasificación de los albicelestes llegó por una carambola de resultados tras su empate a cero contra Brasil. La victoria de Ecuador en Chile clasificó matemáticamente a los argentinos, cuando ellos mismos ya contaban con cerrarlo en la siguiente fecha. La euforia llegó en el vestuario y continuó en el avión de vuelta, donde los de Scaloni celebraron de lo lindo con naturalidad, sin esconderse, subiendo los videos a sus redes sociales. ¿Será que allí estar en Qatar es más que cumplir con su obligación?

¿Una celebración motivacional?

Argentina solo ha faltado a un Mundial por no clasificarse, el de 1970. Si un país tiene "obligación" de acudir a un Mundial, por su idiosincrasia futbolera, ése es Argentina. Pero allí no se debate porque todos son de su selección. Cuestión de sentimiento y de orgullo. 

Al tiempo que Argentina celebraba, un brasileño de 38 años volvía al lugar donde fue feliz, el Camp Nou. La cosa fue también festiva, aunque esta mucho menos comprensible. ¿Una celebración motivacional? ¿Preventiva? 

Que Alves pueda ser útil al Barça es algo debatible. Pero si el sábado no se gana al Espanyol, o el martes el Benfica diera un susto... ¿en qué pestaña de la web acabarían las imágenes de Alves de rodillas, en chanclas, y a todo trapo con Laporta

Xavi tiene trabajo por hacer, y no solo en el vestuario. Seguramente a él le gustará más celebrar después y si hay algo que lo justifique

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