Félix, con paso firme

"¿Para qué voy a dormir si el día puede durar más?", se preguntaba Félix Soria, operador logístico en una cadena de producción automovilística. Eran los tiempos en los que paseaba por Barcelona con una sandía bajo el brazo, simbolizando la tierra. Hoy 300 personas le escuchan con respecto y en silencio. Celebramos la tercera edición de la Jornada 'Salut mental i jo', organizada por el Grup Som Via en el Colegio de Médicos de Barcelona. 

Con la mayor naturalidad y buen humor, me contará que está diagnosticado de un trastorno bipolar. "Ahora estoy eutímico. ¿No se me nota?" El ríe y todos reímos; lo que sabe, lo bien que se conoce. Cuando está en lo que llama el proceso de pasar de dulce a una sensación vital golosa, que de tan placentera quisiera que no se acabara nunca, escribe un mail a su psiquiatra y acuerdan modificar la medicación. "Claro que me llevo bien con él por la cuenta que me trae", suelta, divertido. Y volvemos a sonreír.

¿Qué sabemos de la enfermedad mental? Poco. Y nos da miedo. Desde hace ocho años Félix y otras personas con diagnóstico mental, de todas las edades y condiciones, dan charlas a adolescentes en centros educativos, explicándoles en primera persona quienes son, sus capacidades y sus ilusiones en el programa 'Ments Despertes'. "Hay que darle la mayor naturalidad a una enfermedad crónica y recurrente que me va a acompañar toda la vida", me dirá desdramatizando. Y sintetiza: "En pleno brote maníaco, estás fuera". Escuchándole, le puedo comprender. Ese es el aprendizaje. Le siento como una persona completa. La enfermedad no le define. Su coraje, sí.

Hoy Félix está estudiando un módulo de Integración Social. Quiere disponer de mayores conocimientos para vincularse al máximo a la salud mental y ayudar a otras personas con diagnóstico. "He ganado muchos enteros; me he empoderado. Yo era un náufrago que llega a la orilla". Y se pregunta y ahora qué. "Lo he pasado muy mal en los siete años que viví sin saber qué me pasaba. Ahora dispongo de mi equipo de salud mental. Son como un andador, pero el que camina con paso firme soy yo".

Gracias, Félix.

Suscríbete para seguir leyendo