Pros y contras

Glovo: el efecto multiplicador de la selva

En la empresa de transporte rápido a domicilio se lleva el trabajo quien puja más. O sea, menos. O, dicho de otra forma, quien vende más barata la fuerza de trabajo

Un repartidor a domicilio de la firma Glovo.

Un repartidor a domicilio de la firma Glovo. / JOAN CORTADELLAS

Josep Maria Fonalleras

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Aunque ha habido una rectificación en los baremos, una de las características más singulares de Glovo es lo que se conoce como multiplicador. Más allá de las variables habituales que intervienen en el precio del servicio de transporte rápido a domicilio (de comida o de lo que sea: un ramo de flores, un juguete: todo lo que pueda caber en la mochila amarilla), hay un factor adicional que es el de la subasta. Los repartidores, en un régimen laboral lamentable, proponen un factor que interviene en el resultado final.

Hasta ahora, podía ser inferior a 1, con lo que implicaba necesariamente una rebaja del servicio. Ahora, por las presiones sindicales, oscila entre 1 y 1,3, pero sigue siendo un elemento que depende del trabajador, con lo que se mantiene la esencia empresarial: 'homo homini lupus'. El hombre es un lobo para el hombre. Se lleva el trabajo quien puja más. O sea, menos. O, dicho de otra forma, quien vende más barata la fuerza de trabajo. Si añadimos, la falta de conciencia social de quien encarga caprichos a horas o en condiciones inhumanas, multiplicadores de la selva, ya tenemos la combinación ideal. "El modelo que queremos", dijo recientemente una consellera de la Generalitat.

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