Pros y contras

¿Estamos a tiempo de detener el calentamiento mortal de la lengua?

Como si de la agenda climática se tratara, hemos avanzado irremediablemente hacia la extinción del catalán

Varios estudiantes en clase

Varios estudiantes en clase / Ferran Nadeu

Josep Maria Fonalleras

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Según los datos hechos públicos por Educació, el uso del catalán en las escuelas y en los institutos ha descendido de forma alarmante en los últimos 15 años. Los alumnos lo hablan menos entre ellos y, en clase, los profesores también lo hablan menos, y los alumnos hablan menos catalán cuando hablan con los profesores. Cifras escalofriantes y reflexiones. Ahora hay más interacción y, al haber más, la lengua que, poco a poco, se impone es la habitual entre el alumnado, es decir, el castellano. Hay quien piensa que una actitud derrotista no ayuda en nada y hay que ser menos apocalíptico porque todavía existe una lengua viva. Y las propuestas de la administración no se sabe muy bien a dónde nos llevarán, un plan de choque que vuelve a ser una contundente (y vaga y errante) declaración de intenciones.

Existe una realidad incontestable. Hace 30 años, en el libro 'El futur de la llengua catalana' se marcaba el umbral de 2040 como fecha límite para la pervivencia del catalán si no se ponía remedio con urgencia. Desde entonces, como si de la agenda climática se tratara, hemos avanzado irremediablemente hacia la extinción. ¿Es un hado ineluctable o todavía estamos a tiempo de detener el calentamiento mortal?

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