Un pasado peor

Reviviendo

Al amigo Carlos Quílez, la película ‘Las leyes de la frontera’ le ha hecho recordar que viene del barrio. Ya ves, Quílez, Montcada i Reixac vincula nuestras biografías

Imagen promocional de 'Las leyes de la frontera'

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Xavier Sardà

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El amigo Carlos Quílez comenta en ‘Eltaquigrafo.com’ que la película ‘Las leyes de la frontera’ le ha hecho recordar que viene del barrio, de los futbolines, de policías grises, del tabaco rubio de contrabando…

Quílez es de Montcada i Reixac y allí me llevan cuando enferma mi madre. Tengo siete años y mi hermano Juan, cuatro. Pasamos un año hasta que mi madre fallece. Cosas.

Me dejan temporalmente en casa de mis abuelos. Una larga galería vecinal. Les pregunto por qué ninguno de mis dos apellidos concuerda con los suyos.

-Es que en realidad no somos tus abuelos del todo.

Me doy cuenta de que no he conocido a ningún abuelo auténtico. Cero. Bueno.

Ya ves, Quílez, Montcada vincula nuestras biografías. Yo estuve antes que tú en tu pueblo. Cosas de la edad. 

Y luego tantos recuerdos de Sant Andreu, las brutales hostias no consagradas en la Academia Catalunya, las hostias con los del Bon Pastor y los de la plaza de las Palmeras. Menuda hostilidad. En el cole uno enseña una pistola. Así. Otro participó en el atentado contra la revista ‘El Papus’.

Luego ‘El Vaquilla’, ‘Perros callejeros’, las barracas del Pont del Treball, más de 1.400 atracos bancarios en un año en Barcelona. El local Las Vegas, de resonancias ultraderechistas. Manifestaciones y más hostias. Atentado contra Carrero Blanco.

Salvador Puig Antich (25 años) es trasladado en la prisión modelo a la sala de paquetería. Se despide de sus hermanas y su abogado.

-'Adéu', guapo.

Le espera el garrote vil. Se le desencaja la cara. El verdugo Antonio López Sierra hace girar la enorme manivela. Fatal. Puig Antich se revuelve en la silla y tarda en morir.

Últimos fusilamientos y muere Franco. Después la mierda de mili en Valencia a las órdenes de Milans del Bosch, que luego da un golpe de Estado. ETA no para de matar.

Perdona, Quílez, se me ha ido la olla. Ambos, eso sí, licenciados en Bellaterra y trabajando en lo que nos gusta. Las cosas ahora no van bien, pero cualquier tiempo pasado fue peor. Éxito para tu libro ‘El contragolpe’.

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