Agresiones sexuales

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La lucha contra la violación

Legalidad, reparación de las víctimas, seguridad del espacio público y educación son los cuatro campos imprescindibles para combatir las agresiones sexuales

Masquefa  3/11/2021  Concentracion contra el abuso sexual violacion de una menor de Masquefa en Igualada  FOTO: Marc Vila

Masquefa 3/11/2021 Concentracion contra el abuso sexual violacion de una menor de Masquefa en Igualada FOTO: Marc Vila / Marc Vila

Las lesiones de la joven de 16 años violada en Igualada la madrugada del 1 de noviembre expresaron, en su más terrible brutalidad, la persistencia de una violencia estructural que no cesa. Las cifras de las agresiones sexuales son dramáticas e incuestionables. Una violación es denunciada en España cada cuatro horas. Según datos del Ministerio de Interior, en el primer semestre de este año se han denunciado 1.600 violaciones. De ellas, 462 en Catalunya, la comunidad que registra el mayor número de casos. Mientras la tasa de criminalidad alcanza mínimos, las agresiones sexuales han aumentado un 9,2% desde 2019. Otro dato preocupante es la edad de los agresores. En las últimas memorias de la Fiscalía General del Estado se observa un incremento de delitos contra la libertad sexual cometidos por menores. 

La violación es la exhibición más extrema del machismo. Su pervivencia urge a combatirla desde múltiples ámbitos. La legalidad, la reparación y el acompañamiento de las víctimas, la seguridad del espacio público y la educación son los cuatro campos de batalla imprescindibles. 

En este contexto, el proyecto de ley orgánica de garantía integral de la libertad sexual será una herramienta indispensable en la protección de las mujeres. El famoso 'sí es sí' acabará con sentencias como el primer fallo judicial de 'la Manada' que no contempló la violación por no haber resistencia por parte de la mujer. Se eliminará la distinción entre abuso y agresión, ya que el foco se pone en el consentimiento y se optará por un sistema de penas proporcional y progresivo según la gravedad del delito, llegando a condenas de 15 años de prisión. 

En el texto de la futura ley, se consagra el derecho a la asistencia integral y especializada para todas las víctimas de violencia sexual, así como el derecho a la reparación. Tratamiento terapéutico o indemnizaciones en función del daño físico y psicológico son algunas de las atenciones previstas. Resulta de vital importancia ayudar a la víctima a liberarse del estigma de la violación. También a combatir la revictimización, ese proceso que arrastra a la persona agredida a revivir la situación traumática y anclarla en su situación de víctima. La joven de 16 años, igual que cualquier mujer violada, debe poder rehacer su vida. 

La culpa debe desterrarse de la mente de la víctima. Ese sentimiento que lleva a tantas mujeres a preguntarse qué podían haber hecho para evitar ser agredidas. No hay errores en su conducta, lo que existen son espacios poco seguros. Y esa es una gran asignatura pendiente de nuestras ciudades, de nuestros pueblos. Se necesita extremar la vigilancia, el control. Aún más en zonas que, en determinados momentos, pueden resultar inhóspitas y amenazantes, como los polígonos que acogen discotecas. Mayor esfuerzo policial y mayor responsabilidad por parte de los locales de ocio. 

Hace cinco años el caso de 'la Manada' conmocionó la sociedad española. Desde entonces, los casos de violaciones grupales se han hecho más visibles. Hasta 211 agresiones múltiples se han registrado en España desde 2016. Especialmente alarmante es que se estén incrementando el número de menores implicados en estas agresiones. Falta educación, falta empatía y falta respeto hacia las mujeres. Menos porno y más formación

No hay ningún dato que sirva de bálsamo para el dolor de tantas agresiones, pero sí resulta remarcable el creciente número de mujeres que se animan a denunciar. Su valor debe encontrar cobijo en una sociedad dispuesta a acompañarlas en su reparación.