50 años de la Assemblea de Catalunya
Un libro y una exposición vindican la centralidad del movimiento obrero en el desarrollo de la plataforma unitaria antifranquista que contribuyó de manera decisiva a ganar la hegemonía política en Catalunya
Andreu Mayayo
Catedrático de Historia Contemporánea de la UB. Director del Centre d'Estudis Històrics Internacionals - UB
Andreu Mayayo
El domingo 7 de noviembre de 1971 se constituyó la Assemblea de Catalunya en la iglesia de Sant Agustí del Raval de Barcelona. Antoni Tàpies inmortalizó la fecha en un cuadro que donó al Parlament. La reunión clandestina, que reunió a trescientas personas de un amplio espectro del antifranquismo político y social, empezó con cinco minutos de silencio en recuerdo de la muerte del trabajador de Seat Antonio Ruiz Villalba, a consecuencia de las heridas de bala producidas el 18 de octubre durante el desalojo de la fábrica de la Zona Franca por parte de la fuerza pública a caballo.
En una de las últimas reuniones preparatorias, en la casa familiar de Pere Ignasi Fages, un joven trabajador de Seat explicó con todo lujo de detalles el conflicto laboral de la empresa y la dura represión patronal y policial. Medio siglo después, un libro escrito por los protagonistas y una exposición instalada en el córner recién inaugurado de la sede de CC.OO de Via Laietana desvelan su identidad: Pedro López Provencio, y vindican la centralidad del movimiento obrero en el desarrollo y amplitud de la plataforma unitaria antifranquista que contribuyó de manera decisiva a ganar la hegemonía política en Catalunya y a la movilización social que hizo inviable la continuidad del franquismo, tras la muerte del dictador.
La constitución de la 'Comissió Obrera Nacional de Catalunya' (CONC), tras la primera articulación de Comisiones Obreras en el año 1964, la victoria electoral en las elecciones sindicales de 1966 y su ilegalización en 1967, dio alas por primera vez a la manifestación ilegal, duramente reprimida, de la 'Diada Nacional'. A partir de las movilizaciones obreras y la pedagogía política realizada por los comunistas catalanes del PSUC, como subraya el actual Secretario General de la CONC, Javier Pacheco, “se fue construyendo un imaginario colectivo en el cual los derechos nacionales se podían conquistar si iban de la mano de los derechos sociales y que el valor de 'Catalunya un sol poble' lo llevaba la centralidad del trabajo, porque en aquella nación catalana debía ser catalán todo el que vivía y trabajaba en Catalunya”. Una idea-fuerza confirmada con creces en los propios documentos elaborados por la Assemblea de Catalunya.
El 6 de abril de 1973 el secretariado de la Comisión Permanente condena el asesinato del trabajador de construcción y militante de CCOO de la Térmica de Sant Adrià del Besós, Manuel Fernández Márquez, y se suma a la convocatoria de huelga general. Semanas después, difunde el comunicado “Por un Primero de Mayo de lucha por las libertades políticas y nacionales”, destacando la imperiosa necesidad de conseguir la libertad sindical y el derecho de huelga. La concentración exitosa en San Cugat del Vallès, con la participación de miles de trabajadores y, de manera especial, de Seat, se saldará con 20 detenidos. En julio de 1974 vuelve a sumarse a la convocatoria de huelga general del Baix Llobregat, a raíz de los conflictos en las empresas Elsa y Solvay.
La solidaridad obrera de la Assemblea de Catalunya se extenderá a los conflictos laborales del resto de España y, de manera particular, a los dirigentes sindicales de CCOO del Proceso 1.001. El lenguaje del comunicado de la comisión permanente es claro y contundente: “Los 10 (encausados) forman parte de este ejército de hombres y mujeres que día tras día se dejan los huesos y la salud en beneficio de los amos del poder económico y político”. Cabe recordar, que tras la caída de la coordinadora estatal de CCOO, en junio de 1972, la dirección será asumida por Cipriano García y José Luis López Bulla ,desde Catalunya. Así mismo, cabe indicar que el representante de CCOO en la comisión permanente era Paco Frutos, futuro secretario general del PSUC y del PCE, que sería detenido el 28 de octubre de 1973 en la famosa caída de los 113 de la Assemblea de Catalunya.
En el año 1971 la empresa Seat, modelo del régimen, tenía 24.112 trabajadores prácticamente concentrados en los talleres de la Zona Franca, el 85% nacidos fuera de Catalunya, una tercera parte en Andalucía. El año anterior, Pedro Ibáñez y Luis Iniesta murieron en sendos accidentes laborales. Por cierto, Antonio Ruiz, que murió a la edad de Jesucristo, era Testigo de Jehová.
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