Paralelismos

Joaquim Coll

Historiador

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España no es Portugal

En España la política es un duelo a garrotazos. La derecha desea que lleguen todas las calamidades con tal que el Gobierno de izquierdas se hunda y vayamos a elecciones.

Antonio Costa

Antonio Costa / AFP / JOHANNA GERON

En los últimos años hemos tenido envidia sana de Portugal. Sorprendió la llegada al poder en 2015 del socialista António Costa, que supo entenderse con los comunistas, que allí son bastante zorrocotrocos (antieuropeístas), y con el Bloque de Izquierdas, una especie de Podemos. Frente a los malos augurios, el Gobierno de coalición (tildado peyorativamente de “geringonça”) logró asentarse, actuó con pragmatismo y logró buenos resultados socioeconómicos. En 2019, el Partido Socialista ganó las elecciones y Costa pasó a gobernar en solitario. Cuando llegó la pandemia, hubo momentos de todo, claro está, pero en general gestionó bien la crisis sanitaria y Portugal fue puesto de ejemplo, incluyendo su campaña de vacunación. También tuvimos envidia del país vecino porque Rui Rio, líder de la derecha, consideró que atacar a Costa aprovechando el covid no era “ni ético ni patriótico”. En España, en cambio, el apoyo de Pablo Casado a Pedro Sánchez duró un telediario. Ahora Portugal podría ir a elecciones tras el rechazo de los antiguos socios de izquierdas a los presupuestos. Pero el sentido de Estado entre los dos grandes partidos, el conservador y el socialista, ha prevalecido siempre, y las críticas políticas no se han convertido nunca en guerras cainitas. Si finalmente hay elecciones, una decisión que depende del presidente de la República, que es del partido de la oposición, un posible cambio no se vivirá con angustia existencial. 

En España la política es un duelo a garrotazos, como el cuadro que pintó Goya. La derecha desea que lleguen todas las calamidades, incluyendo la quiebra económica, con tal que el Gobierno de izquierdas se hunda y vayamos a elecciones. Pero aquí el jefe del Estado, Felipe VI, no es quien convoca (a ver si algunas izquierdas dejan de hacerle tantos ascos a la monarquía). Aún así, a diferencia de Portugal, aquí se aprobarán los presupuestos porque la alternativa para los demás es Casado gobernando con Vox. En Portugal, el conservador Rui Rio afirmó que nunca se pondría en manos de la extrema derecha. Definitivamente, España no es Portugal.

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