De promoción

Artur Mas mintió: ¿y qué?

Ver desde la barrera cómo sus sucesores se esfuerzan en destrozar lo que queda de Catalunya sin poder colaborar no ha de ser fácil para quien ha demostrado ser un experto en ello

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Albert Soler

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Presidentmàs, el tipo al que incluso los suyos consideraban que tenía aspecto de jefe de planta del Corte Inglés, está de promoción. No es que haya hecho nada de provecho, ni siquiera ha intentado jamás tal cosa, simplemente se promociona a sí mismo, algo en lo que siempre ha destacado. Por ello, y porque TV-3 se creó para complacer a los de siempre, el sábado su blanca sonrisa -«señora, llévese esas cortinas, por mi madre se lo pido», parecía decir desde la segunda planta, la de Moda Hogar- estuvo horas en pantalla, yo no sé cuántas, cuando desperté el dinosaurio todavía estaba allí. Todo cuanto recuerdo de su infinita perorata es que se ha dejado media barba. Debe de confiar en que así nadie le va a relacionar con el individuo que inició el desastre catalán. Lo único que ha conseguido, de momento, es dejar de parecer jefe de planta, que esos van a trabajar perfectamente rasurados, ahora se asemeja a quien en los grandes almacenes va planta por planta vaciando las papeleras. Si continúa degenerando a ese ritmo, en poco tiempo podrá volver a ser ‘president’.

Ese debe ser su propósito, no creo que a estas alturas esté pensando en empezar a trabajar. Ver desde la barrera cómo sus sucesores se esfuerzan en destrozar lo que queda de Catalunya sin poder colaborar, no ha de ser fácil de sobrellevar para alguien que ha demostrado ser un experto en ello. Tanta es la confianza que tiene en sí mismo -«señor, mire qué televisor, le va a parecer que mira el fútbol desde el césped», grita ahora desde la quinta planta, la de Electrónica- que reconoce sin ambages que mintieron a los catalanes prometiendo la independencia.

Mentir a los catalanes no tiene importancia alguna. Les encanta ser engañados, así pueden exprimir el victimismo, su única razón de ser. Más preocupante que Presidentmàs asegurase que no mintió «de forma obscena o voluntaria». De lo primero no cabe duda, por lo menos no le recuerdo mostrando el culo mientras prometía la republiqueta. Respecto a que admita de que hace o dice cosas involuntariamente, debe de tener algún nombre en psiquiatría, pero eso también da igual, ya que supone un nuevo mérito para presidir Catalunya.

-‘Estelades’ en liquidación, pague una y llévese cinco- ofrece ahora desde la sexta planta, la de Artículos de Broma.

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