ANÁLISIS

Koeman pierde sin jugar

Koeman y Jordi en un palco del metropolitano el pasado sábado.

Koeman y Jordi en un palco del metropolitano el pasado sábado. / Zuma Press

Sònia Gelmà

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Tenía que ser un parón tranquilo para Koeman. Después de la tormenta acumulada por su destitución interruptus, la ratificación de Laporta le daba unos días de paz. Una calma tensa, a la espera de los próximos resultados que vuelvan a situarle en la picota. Y cuando parecía que su figura no podía debilitarse más, aparece Luis Enrique y tira por tierra que "esto es lo que hay".

Koeman ya pierde incluso cuando no juega. Los dos partidos de España en la Nations League le han dejado en evidencia. El asturiano tiene un mercado más amplio donde escoger, pero ha conseguido imprimir a una selección faltada de jugadores determinantes, un sello muy familiar al gusto del aficionado azulgrana.

El 'tiki taki' sí es posible

Resulta que el "tiki taki" con Busquets, Gavi –y Pedri cuando vuelva de su lesión-- sí que es posible para España. Y claro que Koeman no tiene a un Ferran Torres que le pueda abrir una banda, pero en cuanto tenga Ansu y Dembelé nos conformamos con la valentía innegociable que demuestran los de Luis Enrique en cada partido, ganen o pierdan.

Ya lo dicen que las comparaciones son odiosas. Porque ambos equipos parten de una nueva generación de jóvenes, ambos están en construcción y mientras España crece a partir de derrotas --pero hacia una dirección--, el Barça sigue inmerso en una depresión sin fin y, muy a menudo, sin rumbo. 

El caso de Busquets es paradigmático, ya lo hizo en la Eurocopa y ha vuelto a pasar ahora, su rendimiento con la Roja es muy superior al del Barça porque el contexto en el que lo sitúa su entrenador le favorece. Luis Enrique consigue lo que se espera de un técnico: sacar la mejor versión de cada jugador.

A Koeman le queda el consuelo de ser el primero en haber apostado por Gavi. Sin su apuesta por este joven de 17 años, Luis Enrique no le habría convertido en el debutante más joven de la historia de la selección española. Y, aun así, sí hablamos de mérito, lo del asturiano era más arriesgado, puesto que en esa posición también tenía muchas más opciones. Ni eso le queda.