Crispación política

Rumbo de colisión

El discurso final de Casado en la 'rave' popular de València nos invita a abandonar toda esperanza de acuerdo en ninguno de los grandes temas pendientes

Ayuso y Casado, en la convención del PP en Valencia

Ayuso y Casado, en la convención del PP en Valencia / EFE / MANUEL BRUQUE

Carles Francino

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Dos embarcaciones navegan con rumbo de colisión, o mantienen riesgo de abordaje, si el ángulo con el que se observan se mantiene constante en el tiempo. Sé que tiene más seguidores la metáfora del choque de trenes, pero yo prefiero esta norma marítima. Quizás porque tuve que estudiar demoras y marcaciones para obtener el título de patrón, pero creo que es también la más precisa para describir en qué se ha convertido la política española y olfatear sus peligros. El discurso final de Pablo Casado en la 'rave' popular de València nos invita a abandonar toda esperanza de acuerdo en ninguno de los grandes temas pendientes.

Desde luego no en el conflicto catalán, donde las amenazas de una especie de estado de excepción permanente si los independentistas no abdican de sus reivindicaciones consolidan al PP como actor irrelevante en Catalunya y pirómano en el resto de España. Rajoy optó por el modelo Nerón y se sentó a contemplar cómo ardía el bosque; Casado ha decidido echarse al monte con la lata de gasolina y hacer pandilla con Abascal. El “¡a por ellos!” vuelve a cotizar alto en los salones del Madrid de la corte y lo de retirar las competencias de prisiones a catalanes y vascos ya huele a involución pura y dura.

Pero no solo eso; es que no hay posibilidad de acuerdo ni sobre el modelo de Estado autonómico, ni sobre los impuestos, ni sobre la justicia, ni hablar de hacer las paces con nuestra historia -da igual que sea la Guerra Civil o la conquista de América-, tampoco en la vivienda, la educación… ”¡no adoctrinen!”. Nada. Gana el famoso chiste de “¿por qué vamos a dialogar si podemos arreglarlo a hostias?”.

Está claro que la contaminación por el discurso tóxico de Vox ya abarca todo el espectro: en la derecha porque espolea a los más brutos del lugar; en la izquierda porque le permite despachar con un “¡fachas!” de oficio cualquier crítica que venga del otro lado. Total, que algunos pasajeros de los barcos llevan puesto el salvavidas desde hace tiempo, pero ya se sabe que en los naufragios no todo el mundo sobrevive. Mira lo que le pasó a Di Caprio en 'Titanic'.

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