¿Y si viene el apagón?
Cada día dependemos más de los satélites y cables submarinos que llevan la información. Si colapsan, la mayoría pasaríamos a ser unos inútiles sin recursos
En la tarde del lunes pasado, Whatsapp, Facebook e Instagram sufrieron una caída del servicio y dejaron de funcionar durante más de seis horas, dejando a medio mundo sin servicio. En España hay 43 millones de personas que usan las redes sociales, principalmente Whatsapp. El lunes, 4 de octubre muchos millones de usuarios se quedaron con el móvil en la mano, sin saber qué hacer. Una y otra vez abrían y cerraban la aplicación sin éxito. Muchos entraron en estado de ansiedad porque no podían comunicarse. Fue un apagón planetario, algo verdaderamente insólito, propio de una novela de ciencia ficción. Pero esto que nos parece tan curioso puede resultar una amenaza mundial si, en lugar de ser un error como fue el caso del lunes pasado, se hubiera producido un apagón electromagnético, como se va vaticinando desde hace mucho tiempo.
Según los expertos una tormenta solar podría provocar el caos en la tierra al colapsar las comunicaciones. Una enorme onda de radiación provocaría un daño en la red global de internet que podría durar meses. ¿Se imaginan? De repente el mundo sin inteligencia artificial. Lo primero en que uno piensa es en los bancos, lugar donde creemos tener el dinero, y que en realidad está en los ordenadores. Nadie podría acreditar tener dinero porque nadie del banco podría ejecutar ninguna operación. De repente pasaríamos a ser gente arruinada a la espera de que se restableciese el sistema y se nos reconociera propietarios de un dinero que solo está en la nube digital. Aterrador. Como aterrador sería quedarse sin electricidad durante un largo tiempo; es decir, sin calefacción, sin comunicación y sin medios de información que pudiesen transmitir nada a la población. El mundo entraría en el caos más absoluto.
Eso que parece una improbable ficción no es tan absurdo como puede parecer. Cada día dependemos más de los satélites que orbitan la tierra y de los cables submarinos que llevan la información de un continente a otro. Si se apagan, la mayoría pasaríamos a ser unos inútiles sin recursos. El lunes pasado tuvimos a pequeña escala una muestra de que el desastre es posible.
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