Tras la pandemia

Luces y sombras de esta Navidad en el alambre

Luces de navidad

Luces de navidad / Manu Mitru

Carol Álvarez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Llega el invierno, el ciclo da un giro más en la ruedecilla y en este mundo  mediatizado por las plataformas televisivas se nota en los trailers que anuncian ya grandes series para diciembre, para 2022. "Winter is coming" vuelve a nuestra mente con el primer adelanto de la precuela de Juego de Tronos en HBO, La casa del dragón. 

El invierno siempre ha sido temporada de estrenos y grandes acontecimientos culturales, pero vuelve con redoblada inquietud en todas las otras facetas: llega encapsulado en multitud de malos augurios por la crisis energética y sus miles de derivadas.

El desabastecimiento es ya una realidad tras meses continuados de parón de producción y sobre todo de distribución de mercancías, y el último aviso que llega de la FAO pone el dedo en el encarecimiento de materias primas en alimentos.

 Hemos visto cómo la crisis de producción de los microchips en la lejana China pone contra las cuerdas a empresas donde trabajan nuestros vecinos o familiares. La cesta de la compra corre el riesgo real de llegar a precios astronómicos. Los estragos que se vislumbran para las fechas navideñas no van solo del precio de los turrones y la mesa de la cena de Nochebuena. 

Iluminar las fechas navideñas

Dos meses atrás, en plena canícula de agosto, Vigo volvía a dar la campanada al adelantar aún más de lo habitual sus planes para el alumbrado navideño de la ciudad, ya un referente. Que tiemble Nueva York, sugería el montaje: más de mil árboles iluminados, 11 millones de luz, todas las calles salpicadas de destellos de Navidad...un plan que tiene un coste bajo, según precisa el consistorio, porque han recurrido a la tecnología led. La Barcelona de Colau también se prometía unas navidades de apuesta fuerte, por fin, por la iluminación de las arterias comerciales, los barrios. ¿Volverá de verdad la Barcelona luminosa?

El invierno llega, y la promesa de calles radiantes pese al coste de la luz, al galope en su escalada de precios, evoca un panorama navideño que va a ser más oscuro de lo imaginable. La Navidad siempre ha sido un revulsivo para estimular el consumo, para empujar el engranaje del gasto-crecimiento, pero ni maniobras desesperadas como la de Nicolás Maduro, que ha anunciado que adelantará la Navidad para que la gente se anime a ir de compras son un buen parche a la situación. 

Meses más fríos y más desabastecidos están a la vuelta de la esquina, y si lo sabemos todos, asaltados por titulares y noticias inquietantes de todo el mundo, lo saben quienes nos gobiernan. 

 Podremos haber dejado atrás la pandemia, pero aquel no tan lejano mantra del Salvemos la Navidad, ideado para garantizar que las familias pudiesen aliviar la dureza emocional y económica del tránsito por estas fechas en las que las restricciones y sus secuelas estaban muy presentes, ha vuelto.

Suscríbete para seguir leyendo

TEMAS