Opinión | Criptomonedas

Mar Calpena

Periodista

Mar Calpena

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Historias de la 'cripto'

'Googleo' los nombres de los ponentes de un evento y mi impresión no mejora: dos no aparecen en ningún sitio, otra figura como osteópata, y el cuarto se autodefine como 'emprendedor e inversionista'

El Bitcoin es la criptomoneda más conocida

El Bitcoin es la criptomoneda más conocida / Reuters

El whatsapp de E. me pilla fuera de juego. Me pilla en un curso y no es hasta la pausa del café cuando la oigo, alegre, saludarme en una nota de voz. Trabajamos juntas hace una década, y aunque esporádicamente, hemos mantenido el contacto porque nos tenemos cariño. Ella ahora vive fuera, pero está aquí otra vez, porque, dice tiene un trabajo nuevo, y está ganando mucho dinero. La llamo y me cuenta que trata con criptomonedas, que sus jefes le dan formación “en finanzas y desarrollo personal”, y que al día siguiente tiene un evento en un hotel de la ciudad, y que por qué no me acerco, y así nos vemos, y de paso conozco el proyecto. Voy con prisas, tengo que volver al curso, y le digo que mande los datos de la cita. Tímidamente me despido diciéndole que se ande con ojo con las criptomonedas, que son terreno pantanoso

Más tarde me mandará el cartel, en el que aparecen cuatro personas sonrientes ante un fondo azul con vagos tintes cibernéticos y tipografía hortera. Aunque no se puede concluir a partir del mal gusto para el diseño gráfico que algo sea una estafa, 'googleo' los nombres de los ponentes y mi impresión no mejora: dos no aparecen en ningún sitio, otra figura como osteópata, y el cuarto se autodefine como “emprendedor e inversionista”. La empresa organizadora ha sido sancionada por la comisión del mercado de valores de México, y está en una lista de advertencias de la CNMV, así como en varias páginas que la califican de estafa piramidal. Le mando otro mensaje a E., explicándole el consejo que me dio otra amiga, B., que se dedicó muchos años a cubrir información financiera. “No inviertas nunca dinero que necesites”. B., por cierto, jamás puso un duro en bolsa, como tampoco lo he hecho yo. E. me contesta en un largo mensaje que conoce la sanción y que se trata de una estrategia de ese país “porque van a por nosotros”, y me insiste para que asista a una de sus reuniones, porque “seguro que habrá algo de provecho para mí”. Nos despedimos amigablemente. Ella parece feliz, y a mí me embarga el más puro, diáfano terror.

Suscríbete para seguir leyendo