Retos de la lengua

Profesora, ¿puedo escribir en catalán?

Es nuestro deber y nuestro derecho encontrar el punto de equilibrio entre estar abiertos al mundo y blindar el catalán

Rótulo en chino y en catalán en una tienda del Eixample.

Rótulo en chino y en catalán en una tienda del Eixample.

Sílvia Cóppulo

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Desde hace años doy clases en la universidad. Enseño liderazgo, comunicación corporativa e interpersonal y televisión y radio. En varios niveles académicos –del grado a distintos másteres–, en dos universidades públicas y una privada. Solo en una de las públicas, el idioma de las clases es el catalán; en el resto, la lengua vehicular es el castellano por decisión del equipo rector. Eso sí, el Plan Docente lo preparamos en catalán, castellano e inglés, para que los estudiantes le den a la pestañita de la web que más les apetezca.

Creo que en Catalunya puede haber docencia también en castellano, pero no a costa de ir arrinconando el catalán, de manera lenta pero inexorable, hasta conseguir que aparezca como una excepción, algo que llega del pasado, casi una rémora. Celebro, por otra parte, que la oferta docente en inglés crezca. Pero, cuando hace pocos días una estudiante me pidió permiso para redactar una noticia en catalán y leerla ante el micrófono del locutorio de la facultad, me pregunté cómo hemos llegado hasta aquí, “normalizando”, distraídos, que el castellano lo cope todo.

Es bonito el artículo del Estatuto de Autonomía que asegura que el profesorado tiene el derecho a expresarse oralmente y por escrito en la lengua cooficial que elija. ¡Y qué me dicen de la ley que garantiza que la lengua vehicular en la universidad es el catalán! Es nuestro deber y nuestro derecho encontrar el punto de equilibrio entre estar abiertos al mundo y blindar el catalán.

No es ajeno a esta situación que el Gobierno constituya el proyecto 'El español, valle de la lengua', o que anuncie una inversión de 1.600 millones para el sector audiovisual, sin fijar porcentajes para las lenguas distintas del castellano. Sabemos que es esencial la producción audiovisual y la educación para promover el uso y el prestigio de los idiomas.

Repetimos, como si de un mantra se tratara, que las lenguas son fuente de riqueza cultural y forman parte de la identidad de los pueblos. Pues coloquemos ahí nuestros esfuerzos redoblados. En la universidad, los videojuegos y el cine.

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