Pros y contras

Mossos inútiles

Agentes de los Mossos custodian la comisaría de la Policía Nacional en Via Laietana.

Agentes de los Mossos custodian la comisaría de la Policía Nacional en Via Laietana.

Emma Riverola

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El grito se extendió durante el otoño del 17: "Els carrers seran sempre nostres". Y así ha sido. Que el independentismo ha gozado de un trato de favor en la calle es inapelable. Ahí están los cortes en la Meridiana para certificar el mimo desproporcionado que merece un puñado de recalcitrantes frente al quebranto público que provoca. Ahora hemos sabido que la Generalitat de Quim Torra no tramitó durante 2020 ninguna de las más de mil actas que abrieron los Mossos en manifestaciones y reuniones públicas en Catalunya. Ha informado ‘El País’ que Interior no inició un solo expediente sancionador. Desde la policía, se intuye una voluntad política de no castigar movilizaciones independentistas.

La noticia, en pleno apogeo de botellones y altercados, añade una arista más a la problemática del orden público. Durante estos últimos años, la instrumentalización de los Mossos ha sido continua. Héroes cuando sirven al independentismo. Monstruos cuando plantan cara a los desórdenes. En una democracia es fundamental que funcionen los mecanismos de control sobre la policía. En todos los sentidos. Socavar su credibilidad e ignorar su trabajo no hace más que romper los imprescindibles vínculos de confianza.

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