Cameron, el fenómeno
En Gran Bretaña hay letreros: "Se necesita camarero vivo o muerto". Supermercados casi vacíos. Peleas en las gasolineras. En fin, es lo que se llama ‘take back control’
Xavier Sardà
Periodista
Es licenciado en Ciencias de la Información, con una amplia trayectoria en radio y televisión. Su actividad se centra actualmente en tertulias de carácter político.
Xavier Sardà
Los independentistas de Quebec y de Catalunya adoran a Cameron porque ha sido el único gobernante del mundo occidental que ha pactado un referéndum de independencia de una parte de su territorio, en una democracia establecida con sufragio universal. Aquí y en Quebec le presentan como el demócrata modélico, pero como ha explicado Alex Salmond, solo concedió el referéndum de Escocia porque, según sus encuestas, el 'sí' no pasaría del 30%. Cameron también contó a Obama y a Merkel que el ‘sí’ al Brexit no pasaría del 30% y ya ven.
Pero nadie más adora a Cameron. En el Reino Unido ha conseguido lo que parecía imposible: el consenso de Owen Jones (periodista emblema de la izquierda e invitado ocasional a los mítines de Podemos y de los ‘comuns’) y de Martin Wolf (el jefe de economía del ‘Financial Times’). Ambos le califican como el peor primer ministro de la historia moderna. Owen también le acusa de haber dividido amargamente la sociedad británica con los dos referéndums. Pero Camerón se fue silbando.
En Gran Bretaña hay letreros: "Se necesita camarero vivo o muerto". Artículos asegurando que los camioneros ganarán más que los banqueros. Supermercados casi vacíos. Peleas en las gasolineras. Hay quien va totalmente perdido. El nuevo ministro de Sanidad (el anterior dimitió después de que le pillaran dándose el lote con una ayudante en su despacho), ha dicho: "Lo que más me sorprendió es cuando me dijeron que la lista de espera empeoraría mucho antes de mejorar. Ha subido de 3,5 millones a 5,3 millones a partir de hoy, y les dije a los funcionarios, entonces, ¿qué quieren decir con 'mucho peor'?... pensando que tal vez pasaría de 5,3 millones a seis millones, siete millones. Dijeron que no, aumentará en millones... puede llegar a 13 millones."
En fin, es lo que se llama ‘take back control’. Pero es perfectamente posible que Boris Johnson sea reelegido ya que, como los independentistas de otros lares cercanos, ha conseguido que sus consignas identitarias tapen una pésima gestión.
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