INJUSTAS CRÍTICAS A GUARDIOLA

Las perdices disparando a las escopetas

PEP

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Emilio Pérez de Rozas

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De verdad, en serio, cuando crees que lo has visto todo, incluso en Barcelona, en el Barça, en el camarote de Joan Laporta, en su entorno, en el fútbol, en el mundo del balompié, en el día a día, en la Liga, en las ligas, en la Champions, en la Copa América, en el esperpéntico Brasil-Argentina aún por decidir, en la marcha incomprensible, aún no explicada (de verdad, en serio, con la verdad por delante) de Leo Messi, en el hecho, digo, por ejemplo, de que Sergio Ramos lleve meses y meses sin jugar, en que un partido se juegue a las dos del mediodía porque es bueno para que lo vean en China ¡¡¡en China!!!, cuando crees que nada, absolutamente nada, te va a sorprender (más), va un tío que (dice) amar como nadie al Manchester City, de nombre Kevin Parker y de vividor, supongo, secretario general del club oficial de fans de los ‘cityzens’, y critica de forma despiadada y hasta maleducada al gran Pep Guardiola porque el entrenador ha pedido el apoyo de los aficionados.

En serio ¿nos hemos vuelto locos? De verdad, un entrenador le pide a su afición que la necesita en el campo, en el estadio, en las gradas, en la tribuna, porque con ellos son más fuertes y porque necesitamos su ayuda para ganar el domingo y va y el mundo, o ese tal Parker, y le dice que se meta en sus asuntos.

Pedir ayuda

¿Diríamos barbaridades del bueno de Ronald Koeman si, el domingo, en la conferencia de prensa previa al duelo con el Granada en el Camp Nou, pidiese (y necesitase) un ‘estadi’ lleno para ganar? ¿Pensaríamos que Koeman se ha bebido el entendimiento? En serio, esto parece las perdices disparando a las escopetas.

Si algo (entre muchísimas otras virtudes) tiene Pep Guardiola es que es exquisito en todas sus declaraciones. Tras ganar al Leipzig (6-3) en un gran partido ante 38.000 espectadores, en un estadio con capacidad para 55.000, dijo, pidió, “por favor”, que los aficionados se animasen a ir al estadio en el siguiente encuentro (MCity-Southampton, mañana, a las 16.00 horas) “pues estamos cansados y para ganar los vamos a necesitar”.

Minutos de fama

Y sale el Parker este y le tira todo el carro de porquería encima. Que Pep tiene que dedicarse a lo suyo, que sigue el miedo a la pandemia, que las entradas son muy caras, que se juega a una hora donde la gente no puede dejar sus casas, que si han de cuidar de los niños….¡¡¡¡señor, que Pep no ha dicho nada, que solo ha pedido ayuda!!!! “Yo vengo aquí, al estadio, y jamás me planteo o me quejo de por qué la gente viene o deja de venir. Me gustaría ver el campo lleno y lo pido con educación”, señaló Pep.

Repito, con perdón (o sin él), es de locos, de auténticos locos. O, quien sabe, como dice un amigo mío del alma “eso ocurre, tal vez, Emilio, porque el fútbol actual trata a los seguidores como clientes”. Yo no sé por qué ocurre, pero resulta increíble, esperpéntico, sin justificación alguna y, estoy con Guardiola: ¡no debe pedir perdón, ni disculpas! Todo lo contrario, debería pedirlas el tal Parker, por lo que ha dicho.

Y, perdonen, pero sí eso es el perfecto fútbol inglés, la perfecta Premier League, ya me rio yo de lo que la gente considera que es la perfección, el ejemplo a seguir. Un campeonato, un ambiente, un entorno, una competición que permite, que tolera, que no sale al encuentro de quien critica despiadadamente a un entrenador que, simple y educadamente, pida la ayuda de su afición, no merece ser considerada ejemplar. Lo siento. O no.

A no ser que el tal Parker haya querido salir en los tabloides, en los noticiarios de televisión y en twitter. buscando su cuarto de hora de gloria.