Pros y contras

La batalla del futuro

En 'Fortnite', sobrevivir no significa estar vivo, en compañía de otros, sino ser el último en morir. Si esta es la moral que asumen como propia, tenemos un fantástico futuro apocalíptico

Un adolescente juega a Fortnite en la habitación de su casa

Un adolescente juega a Fortnite en la habitación de su casa / DAVID CASTRO

Josep Maria Fonalleras

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Hablamos de este videojuego que se llama 'Fortnite', que es tan fácil de usar y al que se puede acceder, gratis, desde cualquier plataforma. Hablamos de él a raíz de la noticia del chico de Castellón que tuvo que ser ingresado para tratar de hacer frente a una adicción que lo tenía empotrado en la pantalla más de 20 horas diarias. No hace falta ser psicólogo para entender que, sean cuales sean las causas, lo que es cierto es que produce unos efectos devastadores. La vida real desaparece (con todo lo que ello conlleva: estudios, alimentación, amistades, ocio), engullida por una ficción que es droga compartida e ilusión de vivencia. No entiendo nada, pero me dicen que el objetivo final es sobrevivir en una batalla en la que participan, contando al usuario en cuestión, un centenar de personas reconvertidas en dibujos animados beligerantes. Sobrevivir no significa estar vivo, en compañía de otros, sino ser el último en morir. Esta es la esencia, al parecer, de 'Fortnite'. Ser el último. Me dicen también que la adicción es patente y notoria en la franja de edad de los preadolescentes. Si esta es la moral que asumen como propia de su generación, tenemos un fantástico futuro apocalíptico por delante.

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