Atentado del 11-S

Imma Sust

Periodista

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20 años más tarde

Lo que me pareció más fuerte fue notar que los norteamericanos no habían aprendido nada, ni sacado nada positivo de todo aquello. Creo que siguen en estado de 'shock'

destacado Multimedia sh ShortHand atentados 11S 11-S

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Tuve la oportunidad de viajar a Nueva York antes y después de los atentados del once de septiembre. La primera vez, no tenía ni 19 años y la ciudad me fascinó. Era como entrar dentro de una película de Hollywood. Creo que es algo que les pasa a muchas personas la primera vez que pisan Manhattan, que sienten que, de alguna forma, ya han estado a allí. Todo te resuena. Desayunas con diamantes, se te aparece King Kong en el Empire State y, cuando llueve, sientes que estás dentro de una peli de Woody Allen. La segunda vez que disfruté de la gran manzana tenía 27 años más. Después de visitar la casa de Carrie Bradshaw y el mítico edificio de la serie 'Friends' fui a la zona cero y me llené de muchos sentimientos contradictorios. Por una parte, me pareció maravilloso el espacio reconvertido en homenaje. Con esas enormes piscinas llenas de agua. Es precioso e inspirador. Realmente se respira paz allí. Luego, se me ocurrió entrar al museo. Salí escandalizada. Se trata de un enorme espacio lleno de recuerdos, fotos, testimonios estrujados hasta el mínimo detalle. Solo me faltó ver un cuadro con una mosca disecada y un texto que dijera: “La mosca que pasó por delante de la torre 1 cuando esta se desvaneció”.

Lo que me pareció más fuerte fue notar que los norteamericanos no habían aprendido nada, ni sacado nada positivo de todo aquello. Creo que siguen en estado de 'shock'. Hay cero autocrítica en el museo y, fuera de él, también. No encontré espacio para reflexionar ni para aclarar el porqué de aquello. ¿Qué llevó a esa gente a perpetuar ese atentado? Hablé con algunas personas autóctonas y recuerdo un hombre que se enfadó conmigo, cuando le hablé de España, de ETA, de los atentados de Atocha. Consecuencia evidente de la guerra de Afganistán. Luego le dije, eso le enfadó aún más, que si teníamos que construir un museo en cada lugar donde EEUU ha atacado y matado a civiles no quedaría espacio en el mundo para nada más. No le hice pensar, era como si fuera un figurante contratado para amenizar el espacio y formara parte del museo. También me fastidia que los estadounidenses se hayan apropiado de esta fecha. El egocentrismo les ciega. En Catalunya tenemos la Diada, en Chile el golpe de Estado de Pinochet y ese fue el día en que Gandhi inició su movimiento de no violencia

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