En clave europea

La UE, expuesta a chantajes migratorios

La incapacidad de consensuar una política europea de asilo debilita a la UE y la deja expuesta chantajes migratorios de regímenes autoritarios. Bielorrusia, Turquía, Marruecos y Libia ya han instrumentalizado esta debilidad y la vulnerabilidad se agravará tras la debacle de Afganistán

 

Ciudadanos afganos llegan a la base de Rota.

Ciudadanos afganos llegan a la base de Rota. / JON NAZCA

Eliseo Oliveras

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La debacle occidental de Afganistán, además de resaltar la dependencia militar europea de Estados Unidos, muestra lo expuesta que está la Unión Europea (UE) a los chantajes de otros países debido a su incapacidad para gestionar en común y de forma solidaria los flujos de refugiados e inmigrantes. “La UE no ha aprendido la lección sobre la inmigración debido a la cerrazón de los países del norte”, lamentó en junio el exprimer ministro italiano, Enrico Letta.

Ya antes de la caída de Kabul, el régimen autoritario bielorruso había comenzado a explotar esta debilidad de la UE para desestabilizar a Lituania, Letonia y Polonia, facilitando desde junio el libre paso hacia esos países de refugiados de Irak y Afganistán. Bielorrusia respondía así a las sanciones europeas, instrumentalizando el temor a los refugiados de esos países.

Marruecos, gran receptor de ayudas europeas, no dudó en abrir su frontera para crear una ola de inmigrantes hacia Ceuta el pasado mayo para presionar a España. Turquía, miembro de la OTAN y dependiente del mercado europeo, creó en marzo de 2020 otra ola de inmigrantes hacia Grecia para obtener de la UE más fondos por ejercer de gendarme migratorio.

Deportaciones forzadas

Tan solo una semana antes de la caída de Kabul, Alemania, Austria, Dinamarca, Holanda, Bélgica y Grecia enviaron una carta a la Comisión Europea en la que defendían continuar las deportaciones forzadas de afganos a su país, pese al fulgurante colapso del Ejército y el Gobierno ante los talibanes.

La reinstauración del Gobierno represivo y teocrático talibán no ha mejorado la disposición de los Veintisiete a acoger refugiados afganos, más allá de quienes colaboraron con los europeos durante la fallida misión de la OTAN. La UE antepone la seguridad y el control de sus fronteras a cualquier criterio humanitario y Alemania, con elecciones el 26 de septiembre, no quiere que los refugiados sean el foco de la campaña electoral.

Las reuniones ministeriales de las últimas semanas han dejado claro que la UE aspira a mantener a los refugiados afganos lejos de las fronteras europeas mediante apoyo financiero a los países vecinos de Afganistán para que acojan a quienes huyan de los talibanes. Esto expone a la UE a los chantajes de regímenes autoritarios, como Irán, Turkmenistán, Uzbekistán, Tayikistán y Pakistán. Este último, que armó y apoyó el resurgir de los talibanes tras su derrota inicial, ha sido por tanto corresponsable de la muerte de gran parte de los soldados de la OTAN caídos en Afganistán en lo últimos 16 años.

Concesiones a los talibanes

Los Veintisiete también se verán obligados a comprar la salida de los colaboradores afganos que aún permanecen en el país y que están expuestos a las represalias con concesiones al nuevo Gobierno talibán, cuyos destacados miembros están en las listas de terroristas de la ONU y de EEUU. Un avión con unos 200 occidentales a bordo consiguió salir de Kabul el 9 de septiembre gracias a la mediación de Qatar.

El presidente turco, Recep Teyyip Erdogan, ha avisado a la UE que su país “no puede soportar una carga migratoria suplementaria”. Ante la crisis generada por la pandemia, la presencia de varios millones de refugiados en Turquía (principalmente sirios) se ha convertido en un foco de descontento y el Partido Republicano del Pueblo (kemalista en la oposición) defiende públicamente devolverlos a sus países.

EEUU también ha subcontratado la acogida y larga tramitación del asilo de miles de sus colaboradores afganos a Kosovo, Albania y Macedonia del Norte. Esto expondrá a los Veintisiete a presiones de Washington para que hagan nuevas concesiones a esos países balcánicos y se muestren menos riguroso en las negociaciones de adhesión a la UE.

Retroceder a la frontera

La falta de una política europea de asilo con un reparto de la carga compartido por los Veintisiete está generalizando la práctica de hacer retroceder a la frontera a quienes entran de forma irregular. El Parlamento polaco acaba de aprobar una ley que autoriza a expulsar del país a demandantes de asilo que hayan entrado de forma irregular. Polonia y los bálticos devuelven a la frontera a quienes llegan de Bielorrusia. Las patrullas navales griegas en el Egeo fuerzan a las lanchas de inmigrantes a retroceder a aguas turcas. Italia ha reducido la llegada de irregulares gracias a los guardacostas libios, financiados por la UE, que bloquean los botes de inmigrantes. Ahora, el Gobierno británico planea usar el mismo método contra la UE para devolver a aguas francesas las lanchas de inmigrantes cruzan el Canal de la Mancha

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