Mercè 2021

Barcelona tiene reina

Santa o reina, el cartel que promociona las fiestas de la Mercè lleva la corona a todas las calles de la ciudad más conocida como 'la rosa de foc' por su pasado anarquista

cartell de la Merçè 2021

cartell de la Merçè 2021

Carol Álvarez

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Es una santa protectora o una reina poderosa. Con estas palabras exactas el Ayuntamiento de Barcelona presenta en su página web el cartel para las fiestas de la Mercè, las más emblemáticas de la ciudad, y este año no se han oído apenas críticas, contra pronóstico. Digamos que es un poco deporte nacional arremeter contra el cartel elegido para las fiestas, y cada propuesta año tras año se enfrenta a un examen muy crítico sobre el sesgo político, el buen gusto, la inclusividad del planteamiento…. un marcaje en toda regla al consistorio para que no se aproveche del poder que tiene para inocular ideas que no son compartidas por la mayoría de ciudadanos. También se pone en tela de juicio el valor artístico, pero no hacen tanto ruido las voces críticas si no es porque el supuesto tropiezo municipal viene por el flanco ideológico. 

Este año tenemos un consenso con pocos precedentes, como si esta mujer ataviada con todo el peso de la simbología de la ciudad y de Cataluña hubiera alcanzado por fin la idea más parecida a la cohesión barcelonesa. La autora del cartel, Malika Favre, ha diseñado seis distintos en los que además de variar el color también cambia el estilo de los pendientes y la corona que luce la mujer protagonista. ¿Una reina total para una Barcelona que se considera también rosa de foc por su pasado anarquista?

Santa o reina, el cartel que promociona las fiestas de la Mercè lleva la corona a todas las calles de la ciudad y sus ilustraciones han despertado furor entre coleccionistas y han gustado a la inmensa mayoría. 

Reinas de ficción

La monarquía no gusta y en cambio, las reinas de la ficción, de la ilustración, triunfan. La corona, a veces una simple tiara, señala como un dedo invisible un poder y cuando este lo ostenta una mujer supone el reconocimiento a un liderazgo que puede ser difícil pero que alguien asume. Ceremonias de coronación en la ficción como las de Juego de Tronos, una serie muy nutrida de reinas, han sido celebradas por las audiencias, pero las más recordadas son las de mujeres, no las de hombres. Hay algo de final feliz en ver que alcanzan una meta difícil, como la proclamación de reina del Norte de Sansa Stark, en el último capítulo de la mítica serie de HBO.

En la mayoría de representaciones de reinas que han llegado al cine y a la ficción lo que subyace es un sentido de la reparación histórica del maltrato que sufrieron muchas de las lideresas de nuestro pasado, repudiadas por maridos o hijos cuando no asesinadas o simplemente enterradas en la historia. 

Entre los intentos recientes de reivindicar el peso de reinas del pasado está el libro de Helen Castor ‘Lobas’, que recorre las vidas de Margarita de Anjou, Leonor de Aquitania, Isabel de Francia y Matilde de Inglaterra para sacar del olvido sus figuras y los techos de cristal que, en su contexto histórico, tuvieron que romper. La historiadora ha colaborado con Netflix para llevar su trabajo al gran público en streaming. 

Viejos y nuevos liderazgos

En 2021 ya no necesitamos coronas para marcar el liderazgo político: la reina de Inglaterra sigue ahí, como una de los últimos testigos de una época que queda atrás, y otras mujeres en el poder son faros para millones de personas dispuestas a seguir la estela de su ejemplo. Desde la huella que ha dejado la forma de gobernar de Angela Merkel hasta los gobiernos de Sanna Marin en Finlandia, Katrin Jakobsdóttir en Islandia, Jacinda Ardern en Nueva Zelanda, Nicola Sturgeon en Escocia...todas ellas cargan con una corona invisible.

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