No es culpa mía
La ampliación del aeropuerto es un tema demasiado trascendente para ser tratado en el frívolo vodevil en el que se ha convertido la política catalana
Suspendida la ampliación de El Prat. Nada está roto definitivamente. Si acaso, la paciencia de muchos. Hay tantos motivos para defender el proyecto como para denostarlo. No es fácil la decisión. Pone sobre la mesa elementos contrapuestos de difícil encaje. Simplificar el conflicto hablando de salvar una laguna frente a generar 80.000 puestos de trabajo es insultar la inteligencia. Hablamos de modelo económico y de emergencia climática, de futuro y de sostenibilidad. Temas demasiado trascendentes para ser tratados en el frívolo vodevil en el que se ha convertido la política catalana. Ahora, un número de soberbia. Ahora, otro de victimismo. Uno más de lucha libre entre socios. Y siempre el enemigo exterior como excusa. Una política de vuelo gallináceo, más centrada en justificar sus insolvencias que en explorar y desarrollar capacidades.
Un proyecto de tanta envergadura solo puede abordarse desde la madurez en el debate, el rigor en el análisis, el sentido del bien común, la responsabilidad en la toma de decisión y el compromiso con el acuerdo. Demasiado para unos políticos instalados en la pataleta. Hoy pacto. Mañana me manifiesto en contra. Y pasado, indefectiblemente, todo es culpa de Madrid.
Suscríbete para seguir leyendo
- Sumergir los pies en vinagre, la nueva tendencia que arrasa: estos son sus beneficios
- Rosalía disfruta de una cena familiar en un famoso restaurante del Born
- Illa replica a Aragonès y Puigdemont: "El uso del catalán ha retrocedido en una década de gobiernos de Junts y ERC
- Un final bochornoso en el Bernabéu
- El gran secreto para acabar con los pececillos de plata
- Olvídate de freír el huevo en la sartén: esta es la fórmula para hacer los mejores huevos fritos
- Álex ya está en casa: "Las Fuerzas Armadas nunca dejan a nadie atrás
- Este es el pueblo de Catalunya que participará en Grand Prix este verano