Pros y contras

El país del Kremlin

Esa internacionalización del ‘procés’, ese “el món ens mira”, no era lo que ahora vamos sabiendo por entregas

Josep Lluis Alay llega a la Audiencia

Josep Lluis Alay llega a la Audiencia / ZIPI

Emma Riverola

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Nada era como lo que se prometía. No, esa internacionalización del ‘procés’, ese “el món ens mira”, esa UE que esperaba con avidez el momento de abrazar una Catalunya independiente no era lo que ahora vamos sabiendo por entregas. La última, esa mezcla de desvarío y servidumbre que destila la publicación de las idas y venidas de Josep Lluís Alay, jefe de la oficina de Carles Puigdemont, con personalidades rusas cercanas al Kremlin. “Nada de Nalvany” advirtió Alay. No, nada de mensajes a favor del líder opositor a Putin, no sea que enfademos a Moscú. Ni siquiera Puigdemont siguió la consigna de su delirante acólito.

Ahora, gracias a las diferentes investigaciones publicadas por EL PERIÓDICO, el OCCRP (Organized Crime and Corruption Reporting Project) y ‘The New York Times’ vamos sabiendo algo más de esa tramoya encargada de encontrar el reconocimiento internacional que nunca llegó. La operación de Alay es torpe, ignorante y desesperada. Delirante. Lo peor es que algunos, mientras daban lecciones de democracia, estuvieran dispuestos a convertir el ‘procés’ en un instrumentito en manos del Kremlin. Solo queda esperar que se levanten las voces indignadas de tantos que creyeron en ‘un país nou’.

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